Alberto Zapater, el gran protagonista ante el CD Tenerife en rueda de prensa, comparecía después de su despedida sobre el césped ante los más de 25.000 aficionados que acudían a La Romareda para presenciar su último duelo con la elástica del Real Zaragoza. El capitán expresaba lo que había sentido, no solo en el momento del partido, sino también los días previos: «He pasado unas semanas de pena, de tristeza, de muchos sentimientos, y estos dos días están siendo una pasada. El sentirte querido, amor verdadero, es una pasada. Han conseguido que sea feliz, estoy en paz, aunque todos queremos una cosa que es el ascenso, pero lo viviré algún día en la grada. Me he vaciado, llevaba dos meses sin jugar y las sensaciones de jugar para los que somos futbolistas, el golpear el balón, el olor del césped… es único. Soy un privilegiado, estoy sobrepasado por todo lo que he vivido, ha superado todas mis expectativas«.
Un auténtico ejemplo de zaragocismo que hizo todo por volver al club de su vida y hasta los 37 años ha llegado en su segunda etapa en el Real Zaragoza. Tal y como reconocía Zapater, todas las dificultades las ha superado por un sentimiento: «Llevaba cuatro años sin jugar a fútbol, me decían que estaba loco. Yo decía que iba a volver, la única ilusión que tenía era volver al Real Zaragoza y creo que lo superé por eso. He superado lo de la espalda, la rodilla, con 35 me operé el rotuliano… era por el Zaragoza. Yo quiero que mis hijos sean conscientes de que papá, hasta los 38, ha seguido luchando por hacer lo que más le gustaba«.
