El Real Zaragoza afrontaba el partido ante la SD Ponferradina como una oportunidad para distanciarse con los puestos de peligro. De ganar ante el conjunto leonés, los de Fran Escribá hubiesen ampliado la diferencia a siete puntos. No obstante, el empate ante los de David Gallego deja una distancia idéntica a la que se tenía cuando se empezó la jornada: unos escasos cuatro puntos que hacen que el Real Zaragoza siga manteniendo la alerta y mirando más hacia abajo que hacia arriba en la tabla clasificatoria.
Un guion al que ya se ha acostumbrado el conjunto blanquillo que, cuando cuenta con una oportunidad para dar un paso adelante, un golpe encima de la mesa, ya sea hacia arriba o para distanciarse con aquellos rivales que ocupan la parte baja de la tabla, el equipo no lo consigue y acaba desperdiciando momentos de la temporada en los que, de ganar, quizás se podría estar hablando de otra cosa totalmente distinta a la situación actual que vive el Real Zaragoza. Ahora, por situación clasificatoria, el sexto peor equipo de la Segunda División Española una vez transcurridas 25 jornadas.
