Momento delicado el que vive el Real Zaragoza en estos momentos de temporada. Hasta siete son los goles que el conjunto blanquillo ha encajado en las dos últimas jornadas. Un número excesivo teniendo en cuenta lo apretados que suelen ser los marcadores en Segunda División. A los cuatro goles en contra ante el Deportivo Alavés se unen los tres de esta noche ante el Málaga CF.
Aún así, es cierto que Fran Escribá movió la defensa, y probó esta vez con Lluís López y Larrazabal en la línea de cuatro en sustitución de Alejandro Francés y Fran Gámez. No obstante, el encuentro dejó señalado a un Larra que no estuvo nada acertado y a una línea defensiva que hace aguas y que se muestra incapaz de cerrar la sangría de goles que está recibiendo en contra.
Próximamente, espera el Burgos en La Romareda. Un encuentro que se antoja vital para el ánimo de una plantilla que, tras el primer gol de Rubén Castro, ha caído por los suelos y ha visto como los goles iban llegando con contundencia. Una situación muy preocupante cuando apenas son cuatro puntos los que separan al conjunto blanquillo de los puestos de descenso.
