Un total de 34 personas, siete más que en 2022, han fallecido en los 28 siniestros
mortales registrados en carretera esta Semana Santa, que ayer tocaba a su fin.
La Dirección General de Tráfico (DGT) ha hecho públicos estos datos en un comunicado
difundido esta misma mañana, en el que aclaraba que el incremento de la mortalidad
por accidente de tráfico se ha producido, fundamentalmente, en carreteras
convencionales, donde han perdido la vida 27 personas. En cuanto al tipo de accidente,
la salida de vía ha sido el más recurrente, con 15 fallecidos más que el año pasado.
Preocupante también el dato del incremento de la mortalidad en jóvenes entre 15 y 24
años, un grupo etario en el que se han identificado 9 víctimas mortales frente a las 2 de
la Semana Santa de 2022.
Según la DGT, el número de desplazamientos ha sido significativamente mayor que en el
mismo período del ejercicio precedente. Y tampoco podemos dejar de considerar en
este análisis los dos siniestros de gravísimas consecuencias que han tenido lugar en Lugo
y Cantabria.
Pero, pese a ello, los datos publicados hoy evidencian una realidad cada vez más tozuda:
atrás han quedado aquellos años en los que la siniestralidad en España apuntaló una
evolución a la baja que se convirtió en modelo a replicar en otros muchos países, una
situación que es muy poco probable que pueda repetirse en el escenario actual.
En este sentido, desde la Asociación Española de la Carretera queremos hacer un
llamamiento urgente a la adopción de nuevas medidas que impidan que nuestras redes