Alberto Zapater ha dejado huella en el Real Zaragoza y en su historia. El capitán blanquillo, después del partido disputado ante el CD Tenerife, finaliza su segunda etapa en el club con un total de 422 partidos jugados entre ambas siendo el tercer jugador con más encuentros vistiendo la elástica blanquilla.
Fruto de ello, Zapater recibía este viernes en La Romareda el homenaje que un gran capitán como él se merecía. Con una Romareda al unísono cantando «Zapater, te quiero», el capitán, emocionado, pronunciaba su último discurso como jugador del Real Zaragoza en el centro del campo.
De hecho, hemos visto al Zapater más «romántico», incluso con las botas que utilizó en su primera temporada, a pesar de que posteriormente tendría que cambiárselas debido a que una zona de ellas se le había despegado, tal y como expresaba en rueda de prensa. Con un mensaje de gracias en la camiseta, un nuevo brazalete en su brazo, la ilusión de aquel niño de Ejea de los Caballeros por ser futbolista, y un final lleno de fuegos artificiales, Zapater pone fin a su carrera en el Real Zaragoza y deja un legado que será difícil de igualar para todos y cada uno de los que vengan por detrás.