El Real Zaragoza ha caído derrotado en el municipal de La Romareda por 2-4 cosechando, de este modo, la cuarta derrota consecutiva en campo propio, algo inaudito solo al alcance de los peores equipos de la categoría.
Aunque los de Víctor se adelantaron en el marcador con un tanto de Atienza en el minuto 4, lo cierto es que siempre dieron la sensación de ir dos pasos por detrás de la propuesta futbolística del Rayo.
El tanto del empate en el minuto 44, tras un infantil error de Nieto concediendo una falta innecesaria abrió la puerta de los horrores para los aragoneses que, en 8 minutos vieron como los madrileños hacían dos goles aprovechando otro error de Nieto ante De Frutos y una pifia memorable de Atienza.
El tanto de Puado pareció dar fuerza a los blanquillos para tratar de empatar aunque no inquietaron la meta de Dimitrievsky. Isis hizo el cuarto en el añadido dejando una sensación de desolación en una afición, la aragonesa que no entiende que sucede con un equipo que, aunque está en la zona alta de la tabla, empatado con el segundo, no transmite nada que invite al optimismo.
El árbitro, por otro lado, también contribuyó cuando no quiso dejar con diez a los madrileños tras una acción totalmente indiscutible de Suárez que era su segunda amarilla. El marcador iba en franquía y faltaban pocos minutos para el descanso. Seguramente estaríamos hablando de otro partido pero Ocón Arráiz no estuvo -otro trencilla más- a la altura.
Los números dicen una cosa pero el fútbol dice otra… La crisis es muy profunda y nadie parece dar con la tecla necesaria para salir del atolladero.
El jueves aguarda el Tenerife en las Islas… ¿Una oportunidad u otro episodio de este insufrible calvario?