El entrenador de Casademont Zaragoza destaca las virtudes de su rival en el último partido de la primera vuelta (sábado, 20.30 horas). Al mismo tiempo, el de Fuenterrebollo refleja preocupación por su equipo debido en primer lugar a lo que considera un enaltecimiento excesivo ante la gran marcha del club y la prácticamente segura baja de Rodrigo San Miguel, que no podrá medirse a sus ex.
Tras el duelo continental, Fisac contará con la baja segura del base maño: “Le están haciendo pruebas y hay que ver cómo evoluciona, pero puede estar de baja varias semanas”. Una preocupación que se une a la de un Javier Justiz que continúa entre algodones. “Sigue trabajando a cuenta gotas y veremos si puede estar para el partido”, lamenta el segoviano. “No me gusta tener bajas y menos ante un rival con tablas, sólido, con las ideas claras y jugadores que conocen la liga”, advierte intranquilo ante la entidad del rival y el exceso de elogios que recibe el equipo. “Llevamos un tiempo despistados, hemos perdido esa mala leche que tenemos que tener”, señala. “Necesito más solidez de todo el mundo, sufriendo por cada balón”.
Una actitud innegociable ante un Iberostar Tenerife que se ha consolidado en la elite de la Liga Endesa y que cuenta con varios nombres propios dentro de la competición. “Huertas domina el baloncesto, López y Lundberg empujan desde atrás, dándole ritmo al equipo, luego tienen tiradores como Salin o Yusta…”, destaca analizando el perímetro aurinegro. “Jugadores físicos como Konaté o Díez y por dentro, dos cuatros tiradores como Suárez y Gielo, un Shermadini que marca diferencias, además de haber vuelto a fichar a Bogris”, analiza. “Es un equipo muy sólido y que juga muy bien”, apostilla.
Por eso, el técnico castellano-manchego quiere afrontar el difícil compromiso sin pensar en la clasificación ni en los logros alcanzados: “Lo de la Copa y ser cabezas de serie hay que olvidarlo ya y pensar en el futuro”, demanda con ambición. “Estamos un poco indefinidos”, señala tras haber conseguido metas que, a priori, no figuraban en la hoja de ruta del equipo. “No luchamos por nosotros mismos sino por Basket Zaragoza y ser cada vez mejores”, justifica. “Estamos despistados, me siento incómodo con tanto elogio”, insiste. “No nos veo preparados mentalmente ni por tiempo trabajo para ganar este partido y por eso necesito a la grada más que nunca para que nos empuje”, concluye.