La SD Huesca volvió a ver como los puntos volaban en el último minuto de un partido complicado. Esta vez fue en Montilivi y ante el Girona cuando los azulgranas acabaron pagando muy caro un despiste ya en el tiempo de descuento. Esta vez el varapalo fue mayor, ya que impidió a los altoaragoneses sumar en el estadio de un rival directo, tras haber conseguido contrarrestar durante 94 minutos los arreones locales, que salieron muy intensos ante su gente.
En un primer periodo con pocas ocasiones claras de gol, la igualdad fue la nota dominante. Del lado azulgrana, un disparo potente de Eugeni desde la frontal que repelió la zaga gerundense en el minuto 18 fue una de las opciones más peligrosas. Los azulgranas estuvieron mejor en los minutos centrales de la primera mitad, y en los últimos 15 minutos los de Josep Lluis Martí sumaron dos oportunidades: primero, un tiro raso de Aday Benítez que atajó Álvaro Fernández. Después, un cabezazo de Stuani tras un córner que se marchó alto por muy poco.
La segunda parte trajo consigo la entrada de Sinji Okazaki en el lugar de Dani Raba en los primeros compases, y el cambio obligado de Galán por Luisinho debido a la lesión del portugués. Mir tuvo un centro-chut hacia el nipón con mucho peligro que se paseó por el área sin ser remarado. Los locales respondieron con un disparo de Stuani que obligó a Álvaro Fernández a actuar, y poco después con un tiro potente de Gumbau. La mala noticia llegó en el minuto 72, con la roja directa a Rafa Mir por un codazo a Granell. La inferioridad numérica obligó a los altoaragoneses a trabajar muy duro para compensarla.
Pero cuando parecía que la tormenta había pasado y los azulgranas acariciaban un buen punto en un estadio más que complicado, el destino quiso que la plantilla de Míchel volviera a sufrir de la manera más cruel. Samu Sáiz envió a la red de Álvaro el balón, tras aprovechar una falta de entendimiento en el área, ya en el último minuto del descuento.