El jugador del Real Zaragoza Daniel Torres se está tomando este tiempo de confinamiento como «una oportunidad». «Ninguno queríamos esto y está claro que no es bueno, pero también es una oportunidad para disfrutar de todo el tiempo que podemos estar con nuestra familias», afirma el futbolista colombiano, que reconoce que «lo llevamos muy bien, tengo la gran bendición de estar con mi esposa y mis hijos y este tiempo está siendo sido muy ameno».
El centrocampista, hombre de profundas convicciones religiosas, reflexiona que está situación «es como volver al origen de la prioridad y nos permite ver lo realmente imporante». «Quizás creíamos que éramos intocables, esto nos deja ver lo vulnerables que somos», explica Torres, que cree que a partir de ahora «vamos a ser mucho más coscientes de nuestras prioridades, tener otra perspectiva de la vida y darle valor a lo que realmente importa».
Aprovecha para trabajar en familia: «Mi esposa y mis hijos, a su ritmo, también se han apuntado a seguir la rutina de trabajo y me acompañan; intentamos vincularnos todos en nuestras tareas y tener mucho tiempo de familia».
No obstante, el cafetero también reconoce que «se echa de menos el día a día, estar con los compañeros, compartir cosas en el vestuario y competir», aunque espera que esto «nos ayude a darle valor al hecho de poder ponerte botas, tocar un balón, ir a una concentración, llegar a un campo de fútbol, ver a la afición…».
Torres, por último, también visualiza el momento del retorno al césped: «La ilusión de volver, es como la ilusión de un niño al que sus papás le dejan salir a jugar al fútbol; eso va a ser bueno para nosotros y más en la situación que estamos. Creo que va a ser algo espectacular, tanto para el equipo como para la afición, poder reencontrarnos y seguir luchando por ese sueño y por esa ilusión que tenemos todos».