El Servicio Aragonés de Salud ha emitido una serie de recomendaciones a sus distintos niveles asistenciales que tienen como objetivo establecer los criterios generales a seguir para la organización de la asistencia sanitaria a los nuevos escenarios de transición que marca la evolución de la epidemia por Covid-19. Dichos criterios se irán actualizando a las recomendaciones consensuadas con el Ministerio de Sanidad, teniendo en cuenta que deben incluir escenarios rápidos de reescalado asistencial por si se produjeran rebrotes de la enfermedad.
Todas las medidas implican también adaptar las estructuras físicas de los centros a la nueva situación con medidas como la colocación de nuevas señales que reordenen los circuitos de entrada y salida de los pacientes, o la adecuación de los espacios en las salas de espera.
En Atención Primaria se establecen tres ideas fundamentales en la relación con los pacientes: que los profesionales recuperen sus cupos habituales; que se sigan estableciendo los dobles circuitos para pacientes respiratorios y pacientes no respiratorios; y que se siga potenciando la consulta no presencial, que seguirá siendo la establecida por defecto.
En este último sentido, el usuario deberá solicitar cita telemáticamente y su médico o enfermera entrará en contacto con él para determinar el tipo de visita necesaria, valorando la pertinencia o no de una consulta presencial, que siempre estará garantizada si es necesaria, ya sea en el centro de salud o consultorio, en el domicilio o en el entorno residencial.
En el caso de la actividad de las unidades de Fisioterapia y Atención a la Mujer, tendrán que adaptar los tratamientos y actividades grupales para respetar el distanciamiento y, en el caso de que se precisen tratamientos presenciales, éstos se realizarán de forma individualizada y espaciados en el tiempo de consulta. Además, se pueden tutorizar las actividades y ejercicios en una primera visita presencial manteniendo el seguimiento por medios telemáticos.
Por último, desde el Salud se considera esencial poder prestar una adecuada atención a los casos y un seguimiento estrecho de los contactos, de tal forma que se pueda aislar oportunamente a los pacientes y minimizar la transmisión comunitaria del virus.