l Instituto Municipal de Salud Pública ha iniciado esta semana el tratamiento directo contra la mosca negra en los ríos Ebro y Gállego a su paso por Zaragoza. Con esta acción, para la que se utiliza material inocuo para resto de especies de fauna o flora, se intenta atajar la presencia de este molesto simúlido en la capital aragonesa.
A lo largo de los últimos meses, técnicos del IMSP han realizado inspecciones y prospecciones con el fin de detectar de manera rápida la presencia de larvas de mosca negra, que proliferan asociadas a la presencia e macrófitos (algas) en el lecho de los ríos. Es ahora, coincidiendo con el incremento de las temperaturas y el descenso en el nivel del agua, cuando se aconseja llevar a cabo el tratamiento directo, que se hace con dos motobombas que distribuyen el biocida desde las orillas.
Estas máquinas se incorporaron el pasado año, lo que evita la utilización de barcas en este tipo de tratamiento y lo hacen, además, más eficaz. Según datos del SALUD, en 2019 fueron atendidas en Zaragoza 9.396 picaduras de mosca negra, mientras que en el año 2018 fueron 14.399, es casi un 35 % menos. Entre 2018 y 2019 el descenso fue del 4,8%.
La consejera de Servicios Públicos y Movilidad, Natalia Chueca, ha valorado el trabajo que se lleva a cabo desde el Instituto Municipal de Salud Pública en su lucha contra diferentes plagas habituales en Zaragoza. «En verano la protagonista suele ser la mosca negra, un fenómeno relativamente reciente y que, desde el Ayuntamiento, nos esforzamos en mitigar en la medida de lo posible«. Chueca ha recordado que, además, «durante el resto del año se trabaja con otros muchos frentes, como el mosquito tigre, los roedores, las cucarachas o las palomas, cuya población también debe ser controlada para evitar molestias a la ciudadanía«.
Con los medios disponibles, el Instituto ha atendido, en lo que va de año, más de 25 tratamientos de chinches, unos 220 tratamientos de desratización otras 120 peticiones de desinsectación en vía pública. Asimismo, se han capturado unas 600 palomas y se han atendido más de 50 denuncias por molestias provocadas por estas aves. Entre las funciones del Instituto figuran también el registro de las licencias para tenencia de perros peligrosos o inspecciones por denuncias por molestias derivadas de animales de compañías o avisos de síndrome de Diógenes.
En el caso del mosquitotigre, el Instituto colabora con la Facultad de Veterinaria, que ha instalado 11 ovitrampas que se controlan quincenalmente. Este año se van a colocar, también, trampas para captura de adultos, con la finalidad de conocer la presencia de otras especies que pudieran ser transmisoras potenciales de enfermedades.