Con una mortalidad por coronavirus creciente en las residencias de personas mayores en Aragón durante julio y agosto, ya con cifras que alcanzan la mitad de los peores datos de la primera ola, el Partido Popular volvió hoy a reclamar al Ejecutivo que preside Javier Lambán ayudas reales para los problemas reales a los que deben hacer frente estos centros asistenciales. Problemas reales como son la realización de pruebas de control de contagios de manera generalizada, la adquisición de material de protección a precios accesibles, la formación de los trabajadores ante las nuevas formas de cuidar para encarar la pandemia, o el refuerzo del personal socio sanitario. Nada extraordinario, explican en el Partido Popular, teniendo en cuenta que algunas comunidades autónomas ya lo vienen haciendo desde hace meses.
El resultado para Marian Orós es que desde el pasado 21 de junio, según los datos oficiales, se han contabilizado 60 nuevos brotes, 784 residentes y 261 trabajadores infectados y 96 fallecidos, “la segunda ola de este COVID-19 ha pillado al Gobierno de Aragón a contrapié. Se esperaban la segunda ola para otoño pero lo cierto es que en Aragón no ha existido nueva normalidad porque desde el primer día de la nueva normalidad hubo rebrotes y las residencias se han sentido solas otra vez. No solamente con órdenes, inspecciones y decretos se ayuda, sino que se las ayuda con recursos y con implicación”. Por eso, la portavoz de Ciudadanía de los populares defenderá mañana en el pleno del Parlamento autonómico “poner en el centro de atención del Gobierno de Aragón a las personas mayores” a través de una propuesta legislativa que comprometa al Ejecutivo a aprobar ayudas para la compra de material EPI, para la realización de PCR obligatorios a residentes y profesionales, con el refuerzo de personal socio sanitario y con el apoyo psicológico para el conjunto del colectivo.
Uno de los ejemplos más relevantes de la ineficacia del Ejecutivo para controlar los contagios en la segunda oleada de la pandemia es que aún no ha puesto en marcha el protocolo de coordinación firmado por los departamentos de Sanidad y Ciudadanía para mejorar los dispositivos de respuesta para uno de los grupos de población más vulnerables, “ese protocolo se firma el 29 de julio, no se ha publicado en el Boletín Oficial de Aragón y no está aún en los centros de salud, que van a ser el elemento coordinador, el elemento fundamental de la sanidad con respecto a las residencias. Aún no tienen ese protocolo”, un hecho corroborado el pasado lunes por el director general de Atención Primaria del Gobierno de Aragón.
UNA SITUACIÓN PREVISIBLE
La improvisación evidenciada por el Gobierno aragonés para hacer frente a los contagios por coronavirus en las residencias de personas mayores podía haberse evitado, consideró Marian Orós, que recordó como a finales del pasado mes de abril el Partido Popular ya presentó un paquete de medidas aprobadas por unanimidad en el Parlamento autonómico que instaban al Gobierno a seguir un camino y que, como coincidieron en afirmar los partidos, podrían haber servido para aminorar los efectos de la segunda ola.
Pese a las dudas generadas por el Gobierno autonómico presidido por el PSOE que llegó a descargar primero sobre los trabajadores y después sobre los equipos directivos parte de la responsabilidad de los contagios en estos centros, los populares han defendido que “las residencias han sido un verdadero escudo, un verdadero dique de contención” frente a la pandemia, y ahora, tal y como relató la diputada popular “la segunda oleada ha llegado a las residencias intentando recuperarse del mazazo de la primera. Y claro que tienen planes de contingencia, y claro que tienen material de protección pero la verdad es que no es suficiente. Y ¿por qué no es suficiente? Pues, según nuestra opinión, porque el Gobierno de Aragón no se ha implicado de verdad”.
Orós reclamó ir más allá de los discursos gubernamentales y “poner en marcha las medidas anunciadas, que se fortalezcan las residencias y que se las dote de recursos suficientes, porque son el eslabón más débil, los más vulnerables y con los que más virulencia el virus se ha cebado”.