Los hogares aragoneses han dedicado más tiempo a cocinar, han preparado platos más saludables y han apostado por el comercio de proximidad durante el confinamiento. Estas son las principales conclusiones de un estudio internacional – llevado a cabo en Portugal, Alemania, Ecuador y España – en el que ha participado la Dirección General de Protección de Consumidores y Usuarios difundiendo en Aragón una encuesta de hábitos de consumo en los hogares durante la covid-19. En total, se han completado 3.157 encuestas en la Comunidad (75% Zaragoza; 15% Huesca; 10% Teruel), fundamentalmente por parte de mujeres y con una edad media de 54 años. Destaca, sobre todo, que el 60% de los aragoneses de la muestra han hecho una apuesta decidida por comprar en tiendas de barrio mientras que un 13% han comprado más alimentos por internet durante este periodo. El sondeo se realizó entre el 14 de mayo y el 11 de junio para conocer cómo han reaccionado los hogares a la pandemia en lo que al consumo alimentario se refiere. No hay que olvidar que la compra y el cocinado de alimentos se ha convertido en una de las principales actividades durante el confinamiento, ya que se ha pasado más tiempo en casa. “El confinamiento supuso un gran impacto en las familias y en los hábitos de consumo, pero la encuesta nos revela algunos efectos que consideramos positivos: se ha dedicado más tiempo a cocinar, a la planificación de las compras y de los menús; han aumentado sus compras en el comercio de proximidad y de producto local y fresco. Todo ello ha logrado que las dietas hayan sido más saludables, con menos alimentos procesados y con menos desperdicio alimentario. Sería bueno mantener estos hábitos”, declara el director general de Protección de Consumidores y Usuarios, Pablo Martínez. La sensación de miedo o ansiedad ante una situación desconocida y que no podemos controlar parece estar detrás de que el 36% de los aragoneses confiesen ahora que compraron más comida esos días y el 46% almacenaron más en sus despensas que de habitual, pese a garantizarse el suministro constante de productos básicos. Además, un 25% de los encuestados confirma que aumentó su ingesta de alimentos. Por otro lado, y según la encuesta, cada vez más aragoneses optan por planificarse la compra mediante una lista; en concreto, un 25% más de hogares se unieron a esta costumbre durante la pandemia, aunque luego el 44% reconoce que acababa improvisando. Si bien casi el 88% de los que contestaron la encuesta eran los que asumían la compra y el cocinado, sólo en torno al 37% de ellos compartían estas tareas. La encuesta también dice que el 73% de los aragoneses estima que su desperdicio alimentario no ha aumentado durante el confinamiento, sino que se ha mantenido en la misma línea, mientras que un 24% acordarían que han tirado menos comida de lo que lo hacían antes. ¿Por qué razones? Fundamentalmente, por una mejor planificación de lo que se va a comer, aprovechamiento de las sobras y la preferencia por usar primero lo que se tenga en casa en vez de salir a comprar tantas veces. A esto se suma también una mayor sensibilización en el tema, ya que el 49% de los encuestados señala que ha aumentado su interés por conocer cómo aprovechar mejor los alimentos. Entre otros datos destacados, el 71% de los encuestados asegura que ha seguido consumiendo productos una vez superada la fecha de consumo preferente – ya lo hacía antes de la pandemia – y un 39%, cuando ya ha vencido la fecha de caducidad, dato no muy positivo por los riesgos de salud que puede conllevar. El desperdicio generado en los hogares aragoneses es desigual, 8 de cada 10 tienen la percepción que en su casa tiran menos alimentos a la basura que en otras casas. En concreto, y según las respuestas aportadas, se calcula que los hogares aragoneses tiran de media 213 gramos de comida a la semana, pero mientras el 25% consideran que desperdician 0 gramos, más del 80% creen que su desperdicio se sitúa entre los 0 y los 300 gramos semanales.