El Ayuntamiento comienza la instalación de 700 detectores de humo tras formar ya a 300 mayores

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El Ayuntamiento de Zaragoza ha comenzado la instalación de los primeros 700 detectores de humo que colocará en viviendas de personas mayores de 65 años que viven solos. Este sencillo aparato, que alerta con un fuerte pitido en caso de humo, puede evitar muertes ante un incendio doméstico.

Por ello, el Consistorio instalará 700 dispositivos en viviendas de mayores que residan sin compañía o de personas dependientes o que presenten alguna discapacidad, al tiempo que aconseja al resto de la ciudadanía hacerse con uno de ellos.

Su instalación, generalmente en el techo del pasillo aunque puede colocarse sobre un mueble, es además muy sencilla y su precio apenas ronda los diez euros. Los Bomberos de Zaragoza coordinan esta iniciativa con la colaboración de la Oficina del Mayor del Consistorio.

Antes de instalar el sensor, las personas mayores reciben formación en el Museo del Fuego en unas charlas periódicas donde se aportan las pautas para actuar en caso de un incendio. De momento, cerca de 300 mayores han participado en estas sesiones formativas que se imparten en el Museo del Fuego todas las semanas y ya se han instalado cien de los setecientos detectores previstos.

Los usuarios que cumplan los requisitos y quieran asistir deberán reservar su plaza mediante la línea 900 101 194 de Servicios Sociales. Hay que tener en cuenta que las personas mayores son las principales víctimas en los incendios porque tardan en darse cuenta y, cuando lo hacen, el fuego ya se ha propagado por toda la vivienda, comenta el director del Museo del Fuego, Carlos Gracia.

Así se recoge también en la memoria de la Fundación Mapfre y de la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos que indica que el 49 % de las 165 personas que murieron en España por incendios domésticos tenía más de 65 años y vivía sola.

Este riesgo se puede evitar con la instalación de un sensor en el pasillo de la vivienda, preferiblemente junto a la cocina y cerca del salón, ya que aunque no avisa a los bomberos ni apaga el humo, sí alerta de un posible incendio con el suficiente tiempo para reaccionar. No obstante, pese a su eficacia, los sensores no son obligatorios en España, a diferencia de otros países europeos, aunque su uso es totalmente recomendable.