El año 2022 dejó su huella en la economía aragonesa, con un crecimiento del 5%, un rendimiento sólido pero ligeramente por debajo de la media nacional. Estos datos se desprenden del informe CESA 2022, presentado por el Consejo Económico y Social de Aragón.
El motor detrás de este crecimiento fue, en gran medida, el sector servicios, que contribuyó con un sólido 68% al crecimiento general. Le siguió de cerca la industria manufacturera, que aportó un respetable 18% a la economía regional. Sin embargo, cabe destacar que el empleo tuvo un desempeño un tanto más modesto, con un aumento del 0.9% en la población ocupada, dos puntos porcentuales por debajo de la media nacional.
Un factor significativo en este panorama económico fue la guerra en Ucrania, que marcó un antes y un después en la recuperación económica posterior a la pandemia. Durante el segundo semestre, el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) experimentó una notable desaceleración, justo cuando aún no se habían alcanzado los niveles de crecimiento de 2019.
Uno de los desafíos más notables de 2022 fue el aumento en los precios. El Índice de Precios al Consumidor (IPC) se disparó en la comunidad aragonesa, registrando un aumento del 9%, seis décimas por encima de la media nacional. La inflación subyacente, que excluye alimentos no elaborados y productos energéticos, también mostró un incremento significativo, alcanzando un 5.2%, cuatro puntos más que en 2021.
Esta alta inflación tuvo un efecto dominó, impulsando a la industria a elevar sus precios en un 32% en promedio. Este incremento marcó un hito en la serie histórica que se remonta a 2002. Además, impactó en el sector exterior, que experimentó un aumento del 14% en sus ventas el año pasado.