El Real Zaragoza perdía otro partido más, en plenas Fiestas del Pilar y en casa, después de sumar solo cuatro puntos de los últimos 15.
Estrategias de alineación fallidas, falta de jugadores clave en el campo, recriminaciones e incapacidad de levantar la cabeza cuando hay inconvenientes… Algo parece fallar en el banquillo blanquiazul y ya hay zaragocistas que miran a Escribá.
Cada vez que el Real Zaragoza ha salido con una alineación de 4, 4, 2, no ha podido ganar; a diferencia de la alineación de rombo. Tras los primeros 45 minutos y un gol en contra, el único cambio en el campo fue el cambio de Mouriño por Francés, es decir, de mediocampo. El rombo que oíamos a lo largo de la semana… se olvidó.
No solo alineación, también jugadores: en este último partido ha habido nueve nuevos jugadores comparado con el jueves, entre ellos cuatro defensas. ¿Se puede jugar bien con tanto cambio? ¿Es el mismo nivel el de todos o deberían haber titulares que no se toquen?
Otro de los rompecabezas es la inmovilidad del entrenador ante los gestos de jugadores en el momento que vamos con el marcador en contra. El técnico en ese caso es quien debe de motivar, dar toques de atención y hacer que no se olvide el objetivo del partido: ganar y seguir adelante.
¿Fallo del equipo? ¿Fallos encadenados de Escribá? Lo que está claro es que ahora estamos en el tercer puesto de la tabla clasificatoria, empatados a puntos con otros cuatro equipos. Todos sabemos como es la Segunda División, un fallo más y nos pondremos en mitad de tabla.