La comunidad científica de la Universidad de Zaragoza ha manifestado hoy un alto interés ante la posibilidad de utiizar a partir de ahora un nuevo equipamiento, una Microsonda Electrónica de Emisión de Campo, que sitúa al campus público aragonés a la cabeza del microanálisis.
Se trata de un equipo singular y único en la península ibérica y en el sur de Europa, con un coste de 1,5 M€ financiado por el Ministerio de Ciencia con fondos “Next Generation”. «Podemos decir que es una instalación realmente singular y que no vamos a tener competencias, sino todo lo contrario: Investigadores de otras universidades van a venir aquí a utilizarla», ha señalado Blanca Bauluz, catedrática de Cristalografía y Mineralogía, responsable científica de la infraestructura Microsonda Electrónica de Emisión de Campo de la Universidad de Zaragoza.
Bauluz ha indicado que se trata de «un microscopio que funciona con electrones, esto hace que lo que sea muy pequeño, lo podamos ver mucho más grande. Por ejemplo, un milímetro, lo podemos llegar a ver como si fueran 300 milímetros. Eso nos permite analizar minerales, en fases que sean que muy pequeñas, y, además, hacer análisis químicos en las zonas que queremos de los minerales, análisis de muy buena calidad y muy buena precisión».
Este equipamiento se encuentra ubicado en la planta calle de dicho edificio, incorporado al Servicio de Microscopía Electrónica de Materiales del Servicio General de Apoyo a la Investigación (SAI) de la Universidad de Zaragoza, con el fin de que pueda estar a disposición de la comunidad científica y empresarial, no solo de Aragón, sino de toda España y el sur de Europa.
Esta insfraestructura será clave para permitir a los grupos de investigación avanzar en el diseño de materiales, sintéticos y naturales, que favorezcan el desarrollo de nuevas tecnologías, tal como hoy ha destacado la vicerrectora de Política Científica, Rosa Bolea, ante la comunidad científica, en un acto que ha tenido lugar hoy en la sala de grados del edificio Torres Quevedo del campus Río Ebro.
La presentación de la infraestructura científico-técnico ha corrido a cargo de sus responsables científicas: Blanca Bauluz Lázaro, catedrática de Cristalografía y Mineralogía, y Josefina Pérez Arantegui, directora de División de Caracterización Física-Química del SAI, quienes han explicado las características de este equipamiento, y posteriormente han realizado una visita in situ a las instalaciones, junto a personal técnico del SAI: Maria Ángeles Laguna, Cristina Gallego, Rosa Bueno, Rosa Lou.
En esta puesta de largo se ha contado también con varios ponentes invitados como José Luis Latorre Martínez, director general de IZASA, y el experto de la Universidad de Barcelona, Xavier Llovet, en un acto al que han asistido Gloria Cuenca, vicerrectora de Transferencia e Innovación Tecnológica; Raquel Rodriguez, vicegerente de Investigación, y José María Casas, director del Servicio de Apoyo a la Investigación.
Esta Microsonda Electrónica de Emisión de Campo, que consta de cuatro detectores WDS y un detector para determinar estados de oxidación en metales de transición, se añade al Servicio de Microscopía Electrónica de Materiales del Servicio General de Apoyo a la Investigación (SAI).
El equipamiento que se incorpora a la Universidad de Zaragoza, con una alta resolución espacial, puede determinar la composición química cuantitativa de materiales sólidos en zonas submicrométricas, determinando incluso la presencia de elementos en partes por millón. Esta microsonda tiene además la capacidad de identificar y cuantificar elementos químicos ligeros de gran interés en la industria como son el litio y boro, así como de diferenciar estados de oxidación en metales de transición.
Numerosas líneas de investigación que se desarrollan en la Universidad de Zaragoza se verán beneficiadas por la incorporación de este nuevo equipamiento, entre la que cabe destacar: la identificación de metales críticos de alto valor tecnológico en determinados contextos geológicos;, el desarrollo, caracterización y aplicación de nuevos materiales; la caracterización de materiales de patrimonio (pigmentos, aleaciones, cerámicas, etc; y la investigación en tecnologías laser para mejorar el rendimiento de materiales en aplicaciones para energía o en materiales con nuevas arquitecturas para electrolizadores de óxido sólido.