El debate sobre el transporte público en Zaragoza ha vuelto a acaparar titulares en la tertulia de Antena Aragón tras el anuncio de paros por parte del Sindicato Aragonés de Trabajadores del Transporte (SATRA). La convocatoria, centrada en los problemas laborales entre los trabajadores de Avanza y la empresa, no es un episodio aislado. Representantes municipales de diferentes grupos debatieron en los micrófonos de Ebro FM y Antena Aragón sobre la situación, destacando no solo el impacto inmediato en la ciudadanía, sino también las raíces estructurales del problema.
Tatiana Gaudés, consejera de Medio Ambiente y Movilidad, subrayó la importancia de la negociación en el Sistema Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA). Según ella, este espacio ha permitido avances significativos en el pasado y debe ser el lugar donde se resuelvan las discrepancias actuales. Sin embargo, hizo un llamamiento al sindicato SATRA para que se reincorpore al diálogo, recordando que el resto de sindicatos no secundan la huelga. Para Gaudés, el principal objetivo es minimizar el impacto en los ciudadanos, quienes ya han padecido huelgas largas en el pasado, como la de 2021-2022.
Por su parte, David Flores, de Vox, introdujo una reflexión más amplia: ¿por qué el servicio de autobuses en Zaragoza es históricamente tan conflictivo? Según él, esta situación no tiene parangón en otros servicios municipales y requiere una revisión profunda del modelo de explotación. Flores apuntó que el actual esquema parece estar agotado, provocando una repetición de problemas que afectan a miles de zaragozanos cada día.
Suso Domínguez, de Zaragoza en Común, coincidió en la necesidad de replantear el modelo, pero fue más allá al abogar por la municipalización del servicio. Según Domínguez, gestionar el transporte público mediante una empresa municipal, como ocurre en otras grandes ciudades, podría evitar muchos de los conflictos actuales. Además, señaló que el Ayuntamiento debe ser más riguroso en la supervisión de los pliegos de condiciones de las contratas, ya que estos tienen implicaciones directas en las condiciones laborales de los trabajadores.
El debate también abordó el papel que debe asumir el Ayuntamiento. Si bien no es directamente responsable del conflicto laboral, como recordó Gaudés, su papel como garante de un servicio esencial para la ciudadanía lo coloca en una posición clave para mediar y garantizar el cumplimiento de las condiciones contractuales. En este sentido, tanto Flores como Domínguez instaron al gobierno municipal a asumir una postura más activa y reflexionar sobre el futuro del modelo de gestión.
El transporte público es un servicio esencial que afecta a la calidad de vida de los ciudadanos. En Zaragoza, las recurrentes huelgas y la falta de soluciones de fondo han desgastado tanto a usuarios como a trabajadores. La necesidad de replantear el modelo de explotación y reforzar el control de las contratas son pasos imprescindibles para garantizar un servicio eficiente y justo. Mientras tanto, la ciudadanía espera que las negociaciones avancen y que, esta vez, se antepongan sus intereses al juego de poder entre empresa y sindicatos.
El debate sobre la movilidad urbana en Zaragoza
En relación con la reordenación de líneas de autobús urbano en Zaragoza el debate dejó claras las posturas de los tres concejales respecto a este proyecto, que ha generado polémica, especialmente en barrios como Valdefierro. La discusión abordó temas clave como la eficiencia, la conectividad y la participación ciudadana.
Tatiana Gaudés (PP): Progreso y visión de futuro
La concejala del Partido Popular defendió la reordenación como un paso adelante en la mejora de la movilidad urbana. Explicó que las nuevas líneas circulares buscan conectar mejor ocho grandes distritos de Zaragoza, incluyendo áreas clave como la estación de Delicias, hospitales y el centro histórico. Según ella, la extensión de la línea 38 permitirá que Valdefierro mantenga su conexión al centro, ofreciendo una solución moderna y eficiente para una ciudad en crecimiento. También enfatizó que esta reordenación no eliminará líneas existentes y se está realizando como una prueba piloto para ajustarla según sea necesario.
Aseguró que el plan se ajusta al compromiso electoral del PP y que Zaragoza tendrá más autobuses y conductores en el futuro cercano para garantizar el éxito del proyecto. Aunque reconoció la preocupación de los vecinos, insistió en que la confianza en los técnicos de movilidad es clave para superar resistencias iniciales.
David (Vox): Preocupación por la planificación y el impacto
El concejal de Vox mostró reservas sobre cómo se ha gestionado el cambio. Reconoció que cualquier modificación generará críticas, pero planteó preguntas fundamentales: ¿Por qué se realiza esta reordenación justo antes de una nueva licitación del transporte público? ¿Hay recursos suficientes, como autobuses y conductores, para implementar el cambio sin afectar otras líneas?
También expresó dudas sobre el presupuesto: se invertirán 2,5 millones de euros al año en esta reordenación, mientras que otras demandas ciudadanas, como ampliar el horario del tranvía, no se atienden por falta de fondos. Para él, esta decisión deja una sensación de prioridades poco claras.
Xuso Domínguez (ZEC): Crítica a la falta de diálogo
El representante de Zaragoza en Común fue más crítico. Afirmó que el problema principal no es solo técnico, sino político: la falta de consulta y diálogo con los vecinos y asociaciones antes de tomar decisiones. Señaló que las protestas en barrios como Valdefierro y La Almozara reflejan un malestar genuino, no simple resistencia al cambio.
También cuestionó la viabilidad del proyecto a largo plazo, sugiriendo que el plan depende de recursos insuficientes para lograr los objetivos prometidos, como aumentar kilómetros recorridos y mejorar frecuencias. Advirtió que esto podría derivar en un sistema insostenible, con autobuses sobrecargados en horas punta y servicios deficientes en zonas periféricas.