Para acceder a las autopistas hay que pagar un peaje. Una vez satisfecho se puede transitar con velocidad. Lo mismo ocurre en la polítca. En el juego y estrategia de los partidos, se colocan peajes o líneas rojas , condiciones imprescindibles para aprobar una ley, o unos presupuestos.
El grupo de Vox en el Ayuntamiento de Zaragoza ha sido siempre muy claro en su exigencia a la alcaldesa. Bajar la plusvalía municipal para aprobar presupuestos. Y esto ya se ha producido. La plusvalía grava las transmisiones de inmuebles en la ciudad, como consecuencia de ventas o de una herencia. No afecta a muchos zaragozanos, y su reducción en algo más de 2 puntos porcentuales supondrá una merma de ingresos de 2.2 millones de euros.
En la última comisión de Hacienda se aprobó el dictamen de las ordenanzas fiscales que serán llevadas al pleno para su aprobación definitiva. Y hoy en la tertulia de Antena Aragón el portavoz de Vox ha aclarado que una vez superada esta condición hay una lista que le han pasado al Gobierno y que van a negociar, pero que hay discrepancias y no asegura su apoyo.
Mientras desde el PSOE, muy críticos con la política fiscal de Chueca, aluden a que esto es una coreografía o escenografía con un final conocido, es decir, que los presupuestos saldrán adelante con el apoyo de los 4 concejales de Vox. Para el concejal socialista Alfonso Gómez, que haya presupuestos es bueno para la ciudad, pero deberían sacarse con mayor consenso con todos los grupos del consistorio
En definitiva, una película de la que sabemos casi con total certeza el final, a falta de conocer los detalles de esa negociación y las concesiones que Natalia Chueca y su gobierno hagan a Vox.