Kervin Arriaga, ¿músculo para el Real Zaragoza?

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El mercado invernal siempre trae nombres que generan debate, y Kervin Arriaga es el último en la lista del Real Zaragoza. Un medio centro de 1,91 metros, hondureño, procedente del Partizan. Más allá de su llamativa estatura y su aparente perfil físico, la gran incógnita es su calidad, porque pocos (si es que hay alguno) han visto más de un minuto de sus partidos. Sin embargo, a falta de certezas visuales, queda claro que su llegada responde a una necesidad urgente: músculo en el centro del campo.

El Zaragoza lleva tiempo adoleciendo de fortaleza física en el mediocampo, un factor crucial en una Segunda División tan igualada como competitiva. No se trata solo de técnica, sino de presencia, de esa capacidad para imponerse en el cuerpo a cuerpo y recuperar balones en zonas clave. La técnica puede ayudarte a dominar durante algunos tramos del partido, pero no durante los 100 minutos que dura un encuentro con el añadido. En este sentido, un jugador como Arriaga, con su físico y su perfil defensivo, parece encajar en lo que el equipo necesita.

Además, esta posible incorporación se da en un contexto delicado. La probable salida de Iván Azón rumbo al Como deja un vacío importante en la delantera, lo que obliga a buscar alternativas urgentes como Álex Forés, con quien Cordero estuvo negociando en Villarreal. Mientras tanto, el partido ante el Elche, un rival en plena forma, se presenta como una prueba difícil. Sin Azón en condiciones de jugar por el riesgo de lesión o las cláusulas de una posible venta, todo apunta a que Alberto Marí será el delantero titular, con Pau Sans como opción secundaria.

La incógnita sobre Arriaga es real, pero su perfil responde a una carencia evidente en el equipo. No importa de dónde venga o si su estilo es diferente al de otros jugadores de la categoría; lo que importa es si puede aportar lo que el Zaragoza necesita para competir. Y en este momento, lo que más urge es músculo, fuerza y equilibrio en el medio. ¿Será Arriaga ese «guardaespaldas» que tanto echamos en falta?