El Ayuntamiento de Zaragoza va a renovar el interior de La Lonja, un edificio histórico del siglo XVI que se usa como sala de exposiciones. El objetivo es hacer que el espacio sea más moderno, cómodo y fácil de adaptar a las distintas muestras que se hacen allí, pero sin cambiar nada de su estructura original. Las obras se harán solo en la planta baja y servirán también para mejorar los servicios, como los baños, el vestuario del personal o la zona de recepción.
El proyecto busca que los visitantes puedan disfrutar tanto de las exposiciones como del valor arquitectónico del edificio. Una de las mejoras más destacadas será recuperar la entrada original por la calle Don Jaime, como era en el pasado. También se cambiarán los paneles donde se colocan las obras para que sean más bajos y se puedan mover con facilidad, lo que hará más versátil el uso del espacio.
Además, se van a modernizar algunas instalaciones que están viejas y han causado problemas en el pasado. Por ejemplo, en 2020 se rompió una tubería del sistema contra incendios, lo que obligó a cerrar el edificio durante casi tres meses. Ahora, se aprovechará la reforma para cambiar esas redes antiguas y evitar nuevos incidentes.
El nuevo diseño interior incluirá cuatro espacios en las esquinas del edificio, llamados “cajas exentas”, donde se ubicarán los servicios básicos sin tocar las columnas ni las paredes históricas. La idea es dejar el centro del edificio libre y permitir que se vean mejor sus detalles arquitectónicos, como los capiteles de las columnas. Por eso, no se construirá nada por encima de los 2,90 metros de altura.
El presupuesto de esta reforma es de 2.550.000 euros, impuestos incluidos. El Ayuntamiento espera poder empezar la licitación a mitad de este año y comenzar las obras en 2026. Con este proyecto, Zaragoza quiere dar un nuevo impulso a La Lonja, manteniendo su valor como monumento y mejorando su función como sala de exposiciones para el disfrute de todos.
