La gestión de Gabi, ¿es suficiente para el futuro del Real Zaragoza?

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Con la victoria del Real Zaragoza sobre el FC Cartagena, el equipo se acerca a la permanencia matemática en Segunda División. Sin embargo, la gestión de Gabi sigue generando muchas dudas dentro del entorno zaragocista. A pesar de haber conseguido resultados positivos en los últimos encuentros, la manera en la que se han conseguido las victorias está lejos de ser convincente.

Desde su llegada, el entrenador ha intentado recomponer un equipo que venía en caída libre. No hay dudas de que su gestión ha traído cierta estabilidad, pero la afición sigue preguntándose si es el hombre adecuado para liderar un proyecto de ascenso en el futuro. El encuentro contra el FC Cartagena dejó en evidencia sus limitaciones tácticas, con una alineación inicial poco efectiva y una estrategia que parecía jugar contra el propio equipo.

Durante gran parte del partido, el Zaragoza se vio incapaz de generar peligro contra un equipo ya descendido. La Romareda fue testigo de una actuación gris, donde jugadores como Aqueche, señalado por muchos aficionados, no lograron marcar la diferencia. Sin embargo, el caos de los minutos finales, con un Zaragoza volcado al ataque de manera desesperada, permitió a los maños dar la vuelta al resultado con un gol que prácticamente aseguró la permanencia.

Las críticas no tardaron en llegar. Mientras algunos consideran que Gabi ha hecho lo suficiente para salvar la temporada, otros creen que su gestión es insuficiente para un club que históricamente debería estar peleando por el ascenso. La falta de identidad futbolística y los errores en la toma de decisiones han sido señalados por varios analistas deportivos y por la propia afición, que se encuentra dividida sobre su futuro.

Ahora, con el equipo prácticamente salvado, llega el momento de las decisiones. ¿Debe el Zaragoza apostar por un cambio en el banquillo o confiar en Gabi para construir un proyecto más sólido? Sea cual sea la respuesta, lo cierto es que el equipo necesita una transformación profunda si quiere salir de la mediocridad y volver a ilusionar a su afición.