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El Real Zaragoza se despide de La Romareda tras 68 años de historia

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Este domingo, 25 de mayo, no será un partido cualquiera. El Real Zaragoza se despide oficialmente de La Romareda, su hogar durante casi siete décadas, en el encuentro correspondiente a la jornada 41 de LaLiga Hypermotion ante el Real Club Deportivo de La Coruña. Será un adiós cargado de emoción y de memoria, que quedará grabado en la historia del zaragocismo.

Construido en 1957, el estadio ha sido testigo de gestas inolvidables, de títulos, de tardes de gloria europeas y también de duros reveses, pero, sobre todo, ha sido el lugar donde generación tras generación de aficionados blanquillos ha forjado su pasión por el equipo. Ahora, con la esperada remodelación en el horizonte, toca decir “hasta pronto”.

Para un día tan especial, el club ha preparado un sinfín de actos conmemorativos que comenzarán horas antes del pitido inicial. Desde las 16:00h, los aficionados podrán inmortalizar su paso por La Romareda en un marco fotográfico instalado en los aledaños del estadio, tal y como se hizo el pasado año en la despedida del Gol Sur.

Dentro del campo, el círculo central lucirá una gran lona con el mensaje “Hasta Pronto, La Romareda (1957-2025)”, rindiendo homenaje a un estadio que ha sido templo del zaragocismo. La presencia de leyendas del club en el palco pondrá un acento nostálgico a la jornada. Entre ellos, destacará Severino Reija, exjugador blanquillo y figura del zaragocismo, que realizará el saque de honor junto a Jesús Abril, abonado número 3 del club, con 76 años de fidelidad.

Los ‘Escort Kids’ acompañarán a los titulares locales con camisetas especiales, luciendo los nombres de los once jugadores que disputaron el primer partido oficial en La Romareda, en septiembre de 1957.

La afición, que ha agotado todas las entradas días antes del duelo, será parte activa de la fiesta. A la salida de los equipos al campo, se desplegará un gran tifo en el Gol Norte y un mosaico en el resto del estadio, para el cual se pide a todos los asistentes que lleguen con antelación y sigan las instrucciones del club. Cada espectador encontrará una cartulina en su asiento que deberá levantar en el momento adecuado.

Además, los jugadores del Real Zaragoza lucirán una camiseta con un sello conmemorativo del estadio, creada para esta cita única.

Tras el pitido final, representantes de distintas generaciones de zaragocistas protagonizarán un homenaje final al estadio. Será el broche de oro a una jornada que marcará un antes y un después en la historia del Real Zaragoza y de su afición. La Romareda dice adiós… pero sólo por un tiempo.