El Real Zaragoza ha anunciado que su primer amistoso de la pretemporada 2025-26 se disputará este sábado 26 de julio frente al Deportivo Aragón, su propio filial. El partido tendrá lugar en el nuevo estadio modular a las 9:00 de la mañana y, para sorpresa —y frustración— de muchos aficionados, será a puerta cerrada. Una decisión que no ha tardado en generar descontento entre los zaragocistas.
Que el primer rival de la pretemporada sea el propio filial puede entenderse desde la lógica de una toma de contacto, un ensayo controlado, una sesión de rodaje. Pero cuando el equipo llega con el mercado aún a medio hacer, sin apenas caras nuevas y con un plantel corto, la sensación que se transmite es otra muy distinta: falta de ambición, improvisación y una preocupante desconexión con la afición.
En redes sociales, las reacciones no se han hecho esperar. Un comentario irónico resume el sentir general: “Va a ganar el Deportivo Aragón, que esos al menos han hecho varios fichajes”. Otro añade: “¿Será fútbol 7?” con una mezcla de sarcasmo y decepción. Muchos otros, directamente, reclaman que se abra el estadio a la afición: “A PUERTAS ABIERTAS, JODER”.
La hora tampoco ayuda. ¿Un sábado a las nueve de la mañana? ¿Y sin público? Ni siquiera se aprovecha el nuevo estadio para generar una mínima ilusión o acercar el equipo a su gente. El canal de YouTube del club retransmitirá el partido, pero el mensaje es claro: los aficionados no pintan nada en este primer paso del nuevo proyecto. Y eso duele.
Además, la plantilla actual del primer equipo cuenta con tantos canteranos que la línea entre Deportivo Aragón y Real Zaragoza se difumina. Como ironizaba otro aficionado: “Hay más jugadores del Aragón en el primer equipo que en el propio Aragón”.
Y aunque algunos puedan verlo como un trámite más, para una afición hambrienta de fútbol y de señales claras de reconstrucción, es otro síntoma de que el club sigue sin mirar a la grada como el activo esencial que realmente es.
