El Real Zaragoza continúa sumando minutos y sensaciones positivas en esta pretemporada 2024-25, tras imponerse este miércoles al Nàstic de Tarragona por 1-2 en el Nou Estadi Costa Daurada. El duelo sirvió para alzar el Trofeo Ciutat de Tarragona y para seguir perfilando automatismos de cara al debut liguero. Los goles de Soberón en la primera mitad y de Pau Sans en el tramo final decantaron un partido serio, trabajado y con rotaciones muy significativas.
El conjunto blanquillo, de nuevo vestido con la segunda equipación avispa, salió al césped con una mezcla de titulares y jugadores en observación, buscando el equilibrio entre carga de trabajo e intensidad. La primera ocasión llegó a los 12 minutos, cuando Alba vio la amarilla en una jugada de presión alta, síntoma de la actitud con la que el Zaragoza afrontó el encuentro. Poco después, Tachi tuvo que ser sustituido por Borge tras resentirse físicamente, un contratiempo que no afectó al ritmo del equipo.
En el minuto 21 llegó el primer golpe zaragocista. Soberón aprovechó un balón suelto dentro del área para rematar cruzado; el portero local repelió el disparo, pero el rechace acabó entrando. Era el 0-1 y el premio a una buena puesta en escena de los de Gabi Fernández. Sin embargo, antes del descanso, Baselga igualó el marcador tras una acción rápida en la frontal del área que acabó superando a Poussin. Con el 1-1 se llegó al intermedio y con varios cambios previstos.
Tras la reanudación, el Zaragoza cambió medio equipo y el ritmo no bajó. El Nàstic rozó el segundo con un libre directo al larguero lanzado por Jardí en el minuto 56, pero el que acabaría golpeando de nuevo sería el conjunto aragonés. En el 71’, Cuenca puso un centro medido desde la derecha que Pau Sans cabeceó con precisión al fondo de la red. El canterano, muy activo en toda la segunda mitad, volvió a aprovechar sus minutos dejando claro que quiere ser importante este curso.
En los últimos compases, Cuenca vio amarilla y Francho dejó su sitio a Pinilla, en unos minutos finales en los que el Zaragoza supo controlar el resultado con solvencia. El pitido final confirmó la victoria por 1-2 y la conquista del Trofeo Ciutat de Tarragona.