Dicho y hecho. El presidente Azcón anunció que el plan de concordia de Aragón sería aprobado en este consejo de Gobierno, y así ha sido. Esta mañana Mar Vaquero lo ha anunciado: “el Plan respeta la reconciliación que cimentaron los pilares básicos de nuestra democracia, las decisiones que adoptan las Cortes de Aragón y la Ley, con la Constitución como norma fundamental de nuestro ordenamiento jurídico”.
Este Plan llega rodeado de controversia. Primero por la derogación de la Ley de Memoria Democrática autonómica, duramente criticado por la oposición incluso denunciado por el propio gobierno central. El ejecutivo de Sánchez está que trina con este asunto, lo denunció ante Europa y ante el constitucional. El tribunal admitió a trámite el recurso, por lo que la derogación está suspendida y la ley vuelve a estar en vigor en nuestra comunidad; sin embargo, los populares junto con vox han seguido trabajando en este plan para «poder construir un espacio en la comunidad autónoma donde el respeto y la concordia hagan posible la superación de las discrepancias que son normales y naturales en una democracia”, ha comentado la consejera de Presidencia Tomasa Hernández esta mañana.
El plan acaba de nacer, pero ya tiene enemigos abiertamente declarados. Hace unas semanas Ángel Víctor Torres, ministro de Política Territorial y Memoria Democrática comentaba: “estamos convencidos en recurrir las mal llamadas leyes de concordia, que no son sino leyes de olvido y relativismo moral”. Continuando haciendo una clara referencia a los aragoneses que «este Gobierno va a señalar y combatir con los medios que tenga a su alcance esas políticas de involución y a quienes la promueven”.