El Gobierno de Aragón elaborará y publicará anualmente un mapa de las titulaciones existentes en el Sistema Universitario aragonés, que incluirá la planificación a medio plazo sobre la implantación de nuevos grados y otros títulos. La medida, incluida en la nueva programación universitaria 2020-2024 que ha sido aprobada recientemente por el Consejo de Gobierno, persigue mejorar la información al futuro alumnado y dotarle de las mayores garantías posibles a la hora de elegir su futuro.
Así lo ha anunciado hoy la consejera de Ciencia, Universidad y Sociedad del Conocimiento, Maru Díaz, que ha comparecido acompañada por el director general de Universidades Ramón Guirado. Díaz ha explicado que, a partir de ahora, las universidades deberán informar oficialmente de las titulaciones que prevén implantar en los dos años siguientes y que será la administración autonómica quien se encargue de difundir dichos planes en la web del Gobierno de Aragón para su consulta por parte del estudiantado.
El próximo curso 2021/2022 las dos universidades aragonesas ofertarán 73 grados, 72 másteres y 50 doctorados, además de ocho dobles grados y tres dobles másteres. Como principales novedades, figura el grado de Ingeniería de Datos, en la EUPLA de la Almunia, así como los dobles grados en Ingeniería Informática y Administración y Dirección de empresas, y Química e Ingeniería Química, todos en la Universidad de Zaragoza. Por su parte, la Universidad San Jorge ha expresado su deseo de implantar dos nuevos grados –todavía pendientes de autorización- en Bioingeniería y Biomedicina.
Además, se han autorizado 11 nuevos másteres para el próximo curso en los campus aragoneses y dos doctorados, en Psicología y en Sistemas Eficientes de Producción y Calidad Agroalimentaria. Y otros tres másteres más están planificados, pero aún no han sido verificados.
El mapa de titulaciones es una de las principales novedades de la programación universitaria para los próximos cuatro años en Aragón. El acuerdo consta de cinco principios y doce objetivos, que persiguen -según han insistido Díaz y Guirado- desarrollar una universidad “comprometida con la sociedad, amable y abierta a la ciudadanía en su diversidad; verde, en el respeto al medio ambiente y el fomento de una vida saludable; y digital, que nos prepare para los retos del futuro”. Asimismo, pretenden “potenciar la calidad, tanto en el ámbito docente, como en la investigación y también en la gestión”.
La calidad, la especialización de los campus, la captación del talento, la internalización y la transparencia son los cinco ejes básicos que busca la nueva planificación universitaria. Y esos principios se materializan en doce objetivos concretos.
Tres de ellos hacen referencia a las titulaciones. Además del nuevo mapa previsto para aumentar la transparencia e información al futuro alumnado, se establecen sendas apuestas por la viabilidad y la sostenibilidad de las enseñanzas.
Así, las nuevas titulaciones que los campus quieren implantar deberán tener en cuenta el grado de demanda de la sociedad, las necesidades del mercado laboral y la formación en sectores y disciplinas estratégicas. Por otra parte, se trabajará para hacer más atractivas aquellas titulaciones de grado o másteres cuyas matrículas resulten excesivamente bajas.
Otro de los objetivos básicos es una mayor inserción de los egresados. La vocación es seguir mejorando las cifras que, con un 76% de inserción laboral a los cuatro años, se sitúan tres puntos por encima de la media española. De acuerdo a la nueva planificación, las universidades deberán elaborar planes de análisis y mejora de la inserción laboral de sus alumnos, que serán objeto de seguimiento por parte del Departamento.
Becas salario
El acceso universal a la educación universitaria y a una formación permanente a lo largo de la vida es otra de las apuestas. Con ese horizonte, los campus desarrollarán programas de becas para que las limitaciones económicas no supongan un obstáculo de acceso a la educación superior y deberán ofertar enseñanzas con horarios flexibles, de forma que se puedan compatibilizar los estudios con un empleo.
A este respecto, la consejera ha avanzado que el próximo curso se lanzará una nueva línea piloto de becas salario destinadas a alumnos excelentes de primer curso y cuyas familias necesiten ayuda económica. Estarán dotadas con 950 euros y se concederán por los diez meses que dura el curso.
La nueva programación prevé también el impulso a la innovación docente, con un plan de formación inicial del profesorado universitario, que garantice su competencia en metodologías docentes innovadoras, enseñanza telemática y valores constitucionales. Y apuesta por la internacionalización, con docencia en inglés, promoción de la acreditación de una segunda lengua y el establecimiento de nuevas alianzas con universidades extranjeras.
En cuanto a la investigación universitaria, se contempla la promoción de la excelencia mediante el desarrollo de planes estratégicos de investigación. El objetivo es alinear la estrategia investigadora de los campus con la estrategia aragonesa.
Asimismo, se pretende impulsar la transferencia de conocimiento y tecnología al conjunto de la sociedad. Para ello, las universidades deberán incentivar el desarrollo de patentes de titularidad compartida, de tal forma que “el conocimiento generado desde lo público no revierta únicamente en beneficio privado”.
Para la mejora continua de la calidad del sistema universitario, se impulsará el programa DOCENTIA de evaluación del profesorado y se implantarán sellos que certifiquen los avances en materia de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de cada una de las facultades.
Por último, se garantizará la igualdad de oportunidades y el respeto a la diversidad. En este sentido, las universidades aragonesas promoverán una perspectiva de género y un lenguaje no sexista, al tiempo que asegurarán el respeto a la comunidad LGTBIQ y reconocerán su papel en la historia.
Tal y como han adelantado la consejera Díaz y el director general, todos estos principios y objetivos serán desarrollados en pocas semanas en una orden del Departamento de Ciencia y Universidad, que regulará los procedimientos de ordenación académica. Ambos han recordado que se está negociando actualmente con la Universidad de Zaragoza un nuevo modelo “global y expansivo” de financiación, que profundizará en la forma de conseguir cumplir todos estos objetivos para los próximos cuatro años.