Los récords de la aragonesa María Laborda en la modalidad de Velocidad y el oro olímpico de Alberto Ginés en la combinada de las tres modalidades están incrementando la popularidad de la escalada deportiva, pero su auge tiene raíces profundas: trepar por relieves verticales es un deporte espectacular y muy completo, que se adapta a todos los niveles y edades, seguro y con importantes beneficios para la persona. La FAM lleva ya muchos años promocionando la iniciación de los más pequeños a través de las escuelas de escalada. Ya son 21 por las tres provincias y en septiembre se preparan para recibir nuevos alumnos y comenzar un nuevo curso.
En la web de la FAM se puede consultar el listado y contacto de todas las escuelas de escalada (cinco en Huesca, 10 en Zaragoza y 6 Teruel). Ofrecen clases semanales con monitores titulados de iniciación y progresión desde los seis, o incluso los cuatro años, y muchas también para adultos; y tanto de escalada de velocidad (ascender en el menor tiempo posible una via estandar), como de dificultad (vías verticales con cuerda) como de boulder (bloques de menos de 3 m en con colchonetas en el suelo como protección).
Cada una tiene sus rasgos en horarios, instalaciones o número de plazas, pero comparten las mismas señas de identidad: vinculación con un club de montaña y un programa formativo orientado a la transmisión de conocimientos y valores inherentes a los deportes de montaña, adaptados a las distintas edades.
En las escuelas de escalada se aprenden y entrenan las técnicas básicas de progresión en escalada, pero son igualmente importantes metas globales como contribuir a la educación e integración de los niños y su desarrollo psicológico, fomentar el compañerismo y transmitir el aprecio y el cuidado por el medio ambiente.
Al ser la enseñanza parte de las actividades de los clubes de montaña, las clases en los rocódromos se completan también, para quien lo desee, con salidas a vías en roca, propuestas de actividades de montaña y sociales y la posibilidad de participar en competiciones como los Juegos Escolares y prepararse para la competición de alto nivel.
El aprendizaje de la escalada en un rocódromo puede ser una afición en sí misma o la puerta de entrada para iniciarse en la escalada alpina; pero en todos los casos es un deporte que mejora el cuerpo (flexibilidad, fuerza, agilidad) y la mente (coordinación, esfuerzo, cooperación). Y con los equipos e instalaciones actuales se puede practicar sin más riesgo que cualquier otro deporte.
El material básico personal para comenzar es ropa deportiva, pies de gato (zapatillas específicas, muy ligeras y adherentes), casco y arnés de seguridad. Las escuelas de escalada proporcionan cuerdas o aseguradores y preparan vías para el nivel y edad de los alumnos y empezar a disfrutar con seguridad de la emoción de moverse por paredes verticales.