El presidente de Aragón, Jorge Azcón, se mostró profundamente decepcionado tras la reunión de presidentes autonómicos celebrada con el Rey y el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. Según Azcón, el encuentro se caracterizó por la ausencia de acuerdos concretos y la imposibilidad de un debate verdadero sobre cuestiones clave para las comunidades autónomas, como la financiación de los servicios públicos, la vivienda, la inmigración o la escasez de sanitarios.
El líder aragonés lamentó que la metodología elegida por Sánchez redujera la reunión a la mera escucha de posturas, sin propiciar un intercambio de propuestas ni la posibilidad de mejorar las planteadas. Azcón recalcó que Aragón rechaza cualquier tipo de financiación privilegiada, relaciones bilaterales que afecten al interés general o la soberanía fiscal que pueda beneficiar a una sola comunidad. En este sentido, se mostró contrario a la consideración de las aportaciones solidarias como algo voluntario, subrayando la importancia del principio de solidaridad en el conjunto del territorio nacional.
La crítica sobre la financiación autonómica fue uno de los puntos centrales de su intervención. Azcón denunció que Aragón recibirá menos fondos en 2025 que en 2024 por parte del Estado, una reducción de 87 millones de euros que achacó directamente a los problemas de despoblación. Frente a quienes discuten sobre condonación de deudas, el presidente autonómico insistió en que para Aragón la prioridad es abordar la despoblación, un asunto que, a su juicio, no figura entre los intereses del Ejecutivo central. Destacó además que la anunciada convocatoria del Consejo de Política Fiscal y Financiera en enero responde más a las necesidades políticas del Gobierno de Sánchez –derivadas de sus acuerdos con formaciones independentistas– que a las de los ciudadanos.
Otro punto conflictivo es la gestión migratoria. Azcón denunció improvisación por parte del Gobierno central y una falta de coordinación informativa con las comunidades, que asumen buena parte del coste de estas políticas. Señaló además un agravio comparativo, al no exigirse los mismos esfuerzos de acogida a territorios como Cataluña, cuyo gobierno –ahora en manos del PSOE– no se desdijo de su anterior negativa a acoger menores no acompañados.
En materia de vivienda, Azcón mostró escepticismo ante la empresa estatal anunciada por Sánchez, ya que considera que esta no atenderá las necesidades de las zonas despobladas de Aragón. Abogó por una mayor implicación del Estado con fondos, cesión de suelos y simplificación de trámites, recordando que su ejecutivo autonómico ha impulsado en apenas un año 1.802 viviendas, frente a las 86 promovidas por la administración previa.
Sobre la energía, el presidente aragonés reivindicó la posición estratégica de su comunidad, líder en generación de renovables, y reclamó mayor celeridad y seguridad jurídica en las decisiones estatales que afectan al transporte y la adjudicación de cupos energéticos. Finalmente, en el ámbito sanitario advirtió del inminente problema por la jubilación de numerosos profesionales médicos, señalando que, si no se toman decisiones a escala nacional cuanto antes, la atención sanitaria en regiones con despoblación, como Aragón, sufrirá un deterioro aún mayor.
Para Azcón, este encuentro no ha supuesto ningún avance y deja en evidencia la falta de consenso, diálogo y voluntad política por parte del Gobierno central para resolver las cuestiones urgentes que afectan tanto a Aragón como al resto del país.