En un podcast con Iván Calero, Rubén García «Cani» compartió detalles sobre su experiencia en el fútbol profesional y su visión sobre la evolución del deporte. Comenzando por el inicio de su carrera. “Llegué con 12 o 13 años, y como cualquier chico de mi ciudad, soñaba con jugar en el Zaragoza. Aquí no hay otro equipo, es el único, el mejor», recordaba, enfatizando la dificultad de destacar en las categorías inferiores debido a su tardío desarrollo físico. «No empecé a crecer hasta los 18 años, y eso me costó mucho en mis primeros años. Pero, poco a poco, fui ganándome mi lugar».
Cani reflexionó sobre el sacrificio y las exigencias del fútbol profesional, especialmente en un club con tanta historia como el Zaragoza, donde la afición tiene altas expectativas, algo que Cani considera natural en La Romareda. Explicó que esta demanda es proporcional al apoyo incondicional que la hinchada brinda en los buenos momentos, subrayando que “la afición del Zaragoza te exige mucho porque te da mucho cuando te da”.
Sobre los cambios en el fútbol, destacó la creciente profesionalización y la importancia del físico. “Hoy en día, todos los futbolistas están muy preparados físicamente. Antes había jugadores con calidad que, aunque no estuvieran en forma, podían destacar. Eso ahora es imposible; si el físico no acompaña, no rindes”. También habló sobre la relevancia de la mentalidad: “El 80% de un jugador es su cabeza. Es lo que marca hasta dónde puedes llegar. La presión, las expectativas y los problemas externos afectan mucho, y en mi época no se trabajaba tanto como ahora”.
Cani destacó su experiencia en noches históricas, como el inolvidable 6-1 al Real Madrid en la Copa del Rey, calificándola como uno de los momentos más especiales de su vida. Relató cómo vivió aquel partido, recordando la «atmósfera vibrante» en el estadio y la pasión de los aficionados que se desplazaban en partidos épicos, «imagínate entrando al Bernabéu y todo lleno de gente del Zaragoza con las bufandas. Yo recuerdo ese momento de entrar y lloré un poco y todo de ver a la gente subida en farolas…». También reflexionó sobre la brecha que hoy existe entre equipos como el Madrid y el resto, señalando que las plantillas actuales hacen difícil revivir ese tipo de gestas.
Aunque no todo fue fácil, el ex-zaragocista admitió que hubo momentos difíciles en su carrera, como su periodo de adaptación de Segunda a Primera División: “Pasas de jugar contra equipos de Segunda a enfrentarte a jugadores como Sergio Ramos. El cambio es enorme, y necesitas tiempo para aclimatarte”.
En cuanto al presente del Zaragoza, se ha mostrado optimista con el equipo actual, destacando su regularidad y capacidad para competir en una Segunda División muy exigente. A diferencia de temporadas anteriores, elogió que este año no han tenido rachas negativas prolongadas, algo que considera clave para mantener la moral alta y pelear hasta el final. “Veo una línea de equipo de Segunda que puede llegar bien a lo último y conseguirlo”, aseguró, expresando su ilusión de que este año sea el del ansiado ascenso.