Por fin, la Universidad de Zaragoza contaba con un modelo de financiación plurianual digna proyectada al futuro por parte del Gobierno de Aragón, tras años de infradotación presupuestaria en los sucesivos gobiernos de uno u otro signo. En el reciente estudio de Juan B. Martínez publicado por la Federación de Enseñanza de CCOO, La evolución de la inversión educativa entre 2009 y 2018: 10 años de retroceso en España, se pone de manifiesto que la inversión educativa en Aragón, en términos de PIB territorial, siempre ha estado en valores inferiores a la media estatal, sin llegar a alcanzar un 80% de dicha media. Por lo que respecta a la financiación en enseñanza universitaria, en este periodo 2009-2018, la inversión en Aragón fue un 46,6 % inferior al promedio estatal, por debajo incluso de la ya más que deficiente inversión en enseñanzas no universitarias, que supone un porcentaje de un 28,3 % inferior al promedio estatal.
El nuevo Modelo Global de Financiación de la Universidad de Zaragoza para el periodo 2022-2026 contempla una financiación total de mil ochenta y dos millones ochocientos cuarenta y siete mil trescientos veinte euros (1.082.847.320 €), pero hasta la fecha, julio de 2022, se desconoce la mejora que en la práctica ha supuesto esta nueva financiación. No sólo eso, sino que, hoy por hoy, existen datos objetivos que muestran a las claras que la Universidad no está administrando con eficacia esa financiación o que, por parte del Gobierno de Aragón no se están cumpliendo los compromisos adquiridos. De forma que, por sorprendente que parezca, en este momento dulce de financiación de la Universidad de Zaragoza, tanto las plantillas de Personal Docente e Investigador (PDI) como de Personal de Administración y Servicios (PAS) están sufriendo mermas en sus derechos económicos.
La Federación de Enseñanza de CCOO Aragón denunciamos que mientras uno de los compromisos del Gobierno de Aragón es tender a la homologación progresiva de las condiciones laborales del personal docente funcionario y del personal docente contratado, el Consejo de Dirección de la Universidad de Zaragoza administra los tiempos de tal forma en la negociación colectiva que no será hasta 2026 cuando se alcance, en el mejor de los casos, dicha equiparación.
De igual manera, denunciamos que, mientras progresivamente las universidades públicas tienden a asumir los costes patronales de las ayudas a la investigación para nuestros jóvenes, el Consejo de Dirección las descuenta del salario en bruto de los y las investigadoras beneficiarias de las mismas.
Así mismo, cuando estamos a punto de terminar la elaboración del II Plan de Igualdad de la Universidad de Zaragoza, todavía no tenemos constancia del presupuesto destinado a la implantación de las medidas contempladas en dicho Plan y a la creación de una necesaria Unidad de Igualdad, reclamada por CCOO.
Por último, y para rematar este panorama de “mejora” de financiación de la Universidad de Zaragoza, el Consejo de Dirección de la Universidad ha suspendido la aplicación de las medidas económicas que incentivan la jubilación anticipada del PAS reconocidas en nuestro Convenio Colectivo.
A este panorama desalentador tenemos que sumar que uno de los dos Colegios Mayores Universitarios públicos dependientes de la Universidad de Zaragoza, el Colegio Mayor Santa Isabel, permanece cerrado por segundo año consecutivo y no se vislumbra a medio plazo ningún futuro para el mismo. De forma que la Universidad sólo ofrece en la actualidad 260 plazas de alojamiento en Zaragoza para estudiantes universitarios y que en el Colegio Mayor Pedro Cerbuna, único que permanece abierto, hay nada menos que una lista de espera de 193 estudiantes que tendrán que recurrir a pisos compartidos o a alojamiento universitario privado, cuyas empresas titulares, dada la desidia de la Universidad de Zaragoza en su política de Colegios Mayores, han visto un magnífico nicho de mercado en nuestra ciudad.
No sabemos, pues, dónde va a parar este incremento de dotación presupuestaria de la Universidad de Zaragoza, pero, desde luego, a la mejora de las condiciones retributivas de sus trabajadores y trabajadoras, no.
Por otro lado, desde CCOO nos pusimos a finales de mayo en contacto con la Dirección General de Universidades del Gobierno de Aragón para tener oportunidad de plantear este más que preocupante deterioro de la financiación de la Universidad de Zaragoza, en un marco teórico de bonanza presupuestaria, y la respuesta de dicha Dirección General está todavía por llegar.