Monitoras y ayudantes de cocina se han concentrado a las 11 de la mañana, frente a la puerta de la delegación del departamento de educación, ubicado en la Avenida de Ranillas 5 de Zaragoza. Han denunciado la falta de planificación de la administración, el recorte injustificado de su jornada laboral y la falta de recursos a su disposición. Una mala praxis que pone en peligro la salud de los alumnos y alumnas de los centros escolares aragoneses al romper los denominados “grupos burbuja”, diseñados para evitar la propagación del virus Sars COV 2. La concentración de esta mañana ha sido convocada por CCOO, UGT y OSTA.
Pilar Igea, ayudante de cocina y delegada del sindicato CCOO, asegura que la reducción de horas de su jornada laboral impide realizar su labor de una manera óptima: “hemos comenzado el curso con menos tiempo para limpiar espacios más grandes para los usuarios. Se están aprovechando de nuestro esfuerzo personal para sacar el trabajo adelante”. Y es que ella y sus compañeras han visto como su jornada laboral se reducía a menos de la mitad. Tiempo en el que tienen que limpiar y desinfectar las cocinas y los comedores escolares, mientras se desarrollan los diferentes turnos de comedor. “Este año nos han habilitado un mayor número de comedores y carecemos de personal para poder cumplir el protocolo anti-Covid. Reclamamos a la administración que dote a las empresas de las herramientas necesarias para realizar bien nuestro trabajo”, asegura Pilar. Cabe recordar que el Ayuntamiento realiza este servicio a través de empresas de limpieza subcontratadas. “Nos quejamos al centro, este transmite nuestras protestas a la administración pero las soluciones no llegan”.
Carmen Ruiz, monitora de comedor y delegada de CCOO, critica la nula planificación del departamento de educación: “se planificaron los espacios en el horario lectivo pero no en el comedor”. Asegura que este año no tienen el personal necesario para facilitar un servicio de calidad y que respete los denominados grupos burbuja. “Necesitamos más monitoras, hay muchísimas en la calle. Venimos de un sector precarizado y ahora gran parte de las plantillas están en casa esperando la llamada de la empresa para volver a trabajar”.
Exigen una reducción de las ratios de alumnos para no poner en peligro la salud de los alumnos y alumnas que utilizan este servicio. “En algunos casos, una monitora atiende a varios grupos burbuja a la vez. Las compañeras hacen su labor con gran profesionalidad, los padres y madres pueden estar tranquilos, pero necesitamos más apoyo y recursos”, asegura Carmen Ruiz.