«En 2017 llegué a esta maravillosa ciudad. Estaba perdido y me veía roto mental y emocionalmente». Así de fuerte comenzaba Cristian Álvarez su discurso de agradecimiento el pasado sábado tras ser galardonado como «Hijo Adoptivo».
Tras una introducción que le emocionó y durante algo menos de dos minutos, conmovió a los presentes con sus palabras. Vimos un lado más sincero, más sentimental, algo contrario a los nervios de acero que siempre demuestra bajo palos. En el discurso, confesó que Zaragoza es la razón por la que sigue jugando al fútbol actualmente, después de que a mediados de 2015 «se retirase de la práctica del fútbol».
Aunque el argentino afirma todavía estar en búsqueda de sí mismo y desconocer si se quedará en la ciudad hasta el final de sus días, sí sabe que en su «brújula interna», como la llama él, «el norte siempre será Zaragoza». Después de hablar con el corazón en la mano, las risas sonaron en el salón de plenos del Ayuntamiento al despedirse con una sonrisa diciendo «sin más, nos vemos aquí dentro de nueve meses», refiriéndose a la celebración de un posible ascenso.
Nosotros tampoco sabemos si Cristian Álvarez se quedará hasta el final, pero lo que sí sabemos es que ya es historia del Real Zaragoza y de esta ciudad.
Conoce más del «Hijo Adoptivo» Cristian Álvarez
Cristian Darío Álvarez, nacido en Rosario pero de corazón maño, llegó al equipo de la capital aragonesa con 32 años y es el actual capitán del Real Zaragoza. Se ha convertido en un hito del club con su pasión, liderazgo y paradas imposibles, llegando a ganarse el apodo entre los zaragocistas de «San Cristian». No solo paradas, también goles. Gracias a un tanto de cabeza en la última jugada frente al CD Lugo de la temporada 2021-22, es el único portero zaragocista en toda la historia del club que ha logrado meter gol. Actualmente, el argentino se encuentra de baja por una microrotura isquiosural.