El Presidente de Aragón, Javier Lambán, ha pronunciado una Declaración Institucional en el consejo de gobierno extraordinario celebrado en Calatayud con motivo del 40 aniversario del Estatuto de Autonomía, lugar en el que hace 44 años se constituyó la Diputación General de Aragón.
“Solemos ufanarnos en recordar que somos una comunidad política milenaria, condición que nos fortalece y que bien asimilado y entendido por la población, nos impulsa hacia el futuro” recordaba Lambán, insistiendo en que ninguna otra CCAA de España puede presumir de que hace 800 años ya estaba configurada con el mismo perímetro geográfico que hoy y mucho menos, que las gentes de entonces ya se consideraran aragonesas, siendo conscientes de ellos y constituyendo para ellas un orgullo.
El presidente ha calificado a la ciudad de Calatayud de lugar “epifánico” de lo aragonés porque en esta ciudad han acaecido hechos determinantes “para constituirnos como somos”. Sin ir más lejos, y haciendo un repaso histórico, ha recordado que la iglesia donde hoy se ha celebrado el Consejo Extraordinario de Gobierno, fue fundada por Alfonso I el Batallador, tras la batalla de Cutanda que, tras la victoria, le abrió de par en par las puertas de la ciudad de Calatayud. Y se llama de los Francos porque aquí encontraron aposento buena parte de las tropas francesas del conde Guillermo de Aquitania, que habrían ayudado al Batallador contra los almorávides. También en esta iglesia se han sucedido otros acontecimientos importantes como en 1461 el rey aragonés Juan II nombró príncipe heredero al infante Fernando, que a la postre sería Fernando II, uno de los aragoneses más importantes de la historia.
Igualmente, en la Iglesia de San Pedro de los Francos tuvo lugar el 9 de abril de 1978 la constitución de la Diputación General de Aragón, aunque el proceso constituyente comenzó el 10 de julio de 1977 en una reunión de los recién electos de las primeras elecciones democráticas y se constituyeron en asamblea para iniciar los trabajos que acabarían conduciendo a la aprobación del Estatuto de Autonomía el 10 de agosto de 1982, que es lo que se conmemora este año.
Tras el primer episodio en Teruel, Calatayud fue el segundo y nuclear capítulo para lo que vendría después. Aquí se reunió la asamblea constituyente, se eligió al primer Presidente de Aragón, Juan Bolea Foradada, y al resto de miembros que lo acompañaron en el primer consejo.
Lambán ha hecho mención del primer discurso de Bolea, en el que era consciente de la importante histórica de ese momento y hablaba de la recuperación de la institución, de los 270 años transcurridos desde la supresión de la Diputación General del Reino como consecuencia de la aplicación de los decretos de nueva planta de Felipe V, y con emoción celebraba la recuperación de aquella esencia de Aragón perdida desde entonces. No ocultaba las dificultades que iban a sobrevenir para alcanzar la autonomía plena a la que él aspiraba y pedía compresión y apoyo a todos los aragoneses. Declaraba su voluntad de adquirir el futuro de Aragón como un compromiso de una generación de aragoneses que aspiraba a que el destino de la comunidad pasase a ser gobernado por los propios aragoneses y también hablaba de una tierra que no se conformaría con ser menos que ninguna otra, con aspiración igualitaria en el conjunto de España y, además, comprometida con el engrandecimiento de España.
En ese momento empezaron a sucederse acontecimientos trascendentales. Al día siguiente volvió a reunirse el consejo, aprobando que el día de Aragón se celebrara el 23 de abril, coincidiendo con la festividad del señor San Jorge y aprobaron el escudo de Aragón, que recuperaba símbolos y festividades antiguas.
Se apresuró a convocar a todos los aragoneses a una manifestación el 23 de abril de ese año, haciendo un mandato imperativo a los aragoneses para que declararan, masivamente como pueblo, con alegría desbordante en las calles, su vocación de autogobierno, de recuperación de sus instituciones y de asumir las riendas del futuro en sus propias manos. Y, efectivamente, resultó masiva la manifestación de Zaragoza, junto con las celebradas en Huesca y Teruel.
Tras el repaso histórico, Lambán ha aseverado que hay motivos para la celebración pero también para añadir otras reflexiones, con las que ha acabado la declaración institucional.
En un día como hoy ha considerado procedente rendir homenaje a los padres fundadores de la Autonomía Aragonesa que además de Bolea Foradada, se encuentra Jaime Gaspar Auría, José Ángel Biel, Ángel Cristóbal Montes, Hipólito Gómez de las Roces o Gaspar Castellano.
En segundo lugar, el presidente aragonés ha celebrado los 40 años de historia de la comunidad como un camino de éxito, recordando la paz, el talante de las gentes, que han liberado sus energías en el arranque del autogobierno, dando lugar a una comunidad que, de mirar con envidia y complejos a otras más privilegiadas por el Gobierno central, empieza a hacerlo de igual a igual. «Para encarar el futuro es bueno poder pisar un suelo sólido y poner al edificio del futuro los cimientos del pasado reciente», ha afirmado.
En tercer lugar, Lambán ha llamado a renovar el compromiso con el Estatuto y el autogobierno, así como la vocación de esfuerzo para hacer que esta tierra, que tuvo una edad de oro en la Edad Media, esté destinada a revivir los mejores momentos de nuestra historia en las próximas décadas “si hacemos las cosas bien”. En este sentido, ha apelado a superar juntos las dificultades del panorama nacional e internacional, con entendimieinto, sin excluir a nadie, con políticas transversales instaladas en la centralidad, como las que impulsa el gobierno cuatripartito de Aragón, junto con los agentes sociales y las fuerzas de la oposición. Contemplando Aragón como un espacio común, sin controversias, el presidente Lambán confía en superar antes y más rápido los inconvenientes que se plantean, para lo que también insta a aprovechar su ventaja competitiva. «Con las instituciones del autogobierno y con el espíritu y la letra del Estatuto haremos una gran aportación a España como gran proyecto nacional, tal como aspiraban los padres fundadores», ha concluido el Presidente de Aragón.