El Gobierno de Zaragoza ha adjudicado las obras para la mejora de la eficiencia energética de la climatización del Museo Pablo Gargallo a la empresa Eiffage Energía, por un total de 422.140,43 euros, lo que supone una reducción de 165.000 euros respecto al presupuesto inicial. El plazo de ejecución de los trabajos será de cinco meses. Esta iniciativa se enmarca dentro del Plan de Sostenibilidad en Turismo, financiado por los fondos europeos Next Generation.
El proyecto cuenta con la autorización de la Comisión Provincial de Patrimonio Cultural de Zaragoza y tiene como objetivo modernizar la instalación térmica del museo, sin modificar su estructura arquitectónica. Actualmente, el sistema de climatización del Museo Pablo Gargallo funciona con equipos de forma independiente, sin un control centralizado. La intervención consistirá en la retirada de los equipos existentes en la terraza del edificio y la sustitución de la bomba de calor por una nueva, de mayor eficiencia energética.
Además, se instalarán nuevos sistemas emisores, como fancolis, en el interior del patio para reducir las pérdidas térmicas. También se implementará un sistema de control BMS (Building Management System), que permitirá gestionar la climatización de todo el edificio de manera centralizada. Para preservar la estética del museo, en algunos espacios se instalarán trasdosados autoportantes de placas de yeso laminado para ocultar los conductos y equipos de climatización.
La intervención no afectará las condiciones arquitectónicas del edificio, y se ha diseñado para garantizar que el nuevo equipo no aumente el nivel sonoro en las salas del museo, manteniendo así la tranquilidad necesaria para la experiencia de los visitantes.
Historia del Museo Pablo Gargallo
El Museo Pablo Gargallo se encuentra en el antiguo Palacio de Argillo, un edificio que data de 1659 y que ha tenido diversas transformaciones a lo largo de los siglos. Originalmente construido como residencia del Infanzón Francisco Sanz de Cortés, el palacio sufrió reformas importantes durante los siglos XVIII y XIX. A lo largo de su historia, el edificio pasó a albergar diversos usos, hasta convertirse en el Museo Pablo Gargallo, inaugurado en 1985 tras un proceso de restauración que respetó la estructura original mientras adaptaba el espacio a su nuevo uso museístico.
A lo largo de su historia, el museo ha experimentado ampliaciones y mejoras, incluida una en 2007 que incrementó el espacio expositivo en un 40%. Esta última mejora en la climatización es una parte importante de la renovación y sostenibilidad del museo, con el fin de garantizar un entorno adecuado para la conservación de las obras de arte y mejorar la experiencia de los visitantes.