Inicio Actualidad El Real Zaragoza araña un punto en La Rosaleda (1-1)

El Real Zaragoza araña un punto en La Rosaleda (1-1)

0

En un partido que parecía condenado a otra derrota zaragocista, el Real Zaragoza rescató un punto en el descuento ante el Málaga (1-1) gracias a un penalti transformado por Dani Gómez en el minuto 90. Fue un final eléctrico que compensó un encuentro irregular, marcado por la falta de acierto en ambas áreas y por el dominio intermitente de los locales. El resultado permite al Zaragoza seguir sumando en su lucha por salir del pozo, aunque sigue como colista de la categoría.

El Málaga CF, con la energía renovada tras la llegada de Funes, fue superior en muchos tramos del partido. Su intensidad y juego directo en la primera parte fueron determinantes. Fruto de esa presión llegó el primer tanto del encuentro: en el minuto 17, Einar Galilea aprovechó un rechace dentro del área tras una falta lateral para batir a Esteban Andrada con un disparo cruzado.

A partir de ahí, el Zaragoza intentó rehacerse, pero su reacción fue tímida. Lo intentaron Raúl Guti, Kenan Kodro y Mario Soberón, pero la falta de puntería volvió a ser un lastre para los de Rubén Sellés. El equipo no terminó de encontrar fluidez en ataque, aunque mejoró notablemente en la segunda mitad gracias a los cambios. Especialmente activo estuvo Dani Gómez, que entró en el minuto 76 por un lesionado Kenan Kodro y que acabó siendo decisivo desde los 11 metros.

En los últimos minutos, el partido se volvió loco. El Málaga tuvo tres claras oportunidades para sentenciar, pero se topó con un Andrada inspirado, que salvó los muebles bajo palos con varias intervenciones clave.

Cuando todo apuntaba a una nueva derrota, una acción aislada en el tiempo añadido cambió el guion. Un centro al área acabó en penalti tras una falta de Ángel Recio sobre Pablo Insua. Tras varios segundos de incertidumbre y protestas airadas por parte de los jugadores malaguistas, Dani Gómez no tembló y ejecutó al centro de la portería.

El tanto y la pérdida de tiempo de Andrada, que le supuso su quinta amarilla y, por lo tanto, su ausencia en el próximo encuentro, desató la tensión acumulada. Varios jugadores del Málaga se fueron directos a increpar al argentino y al árbitro tras el pitido final. La situación no pasó a mayores, pero obligó a la intervención de la Policía Nacional, que escoltó a los colegiados hasta el vestuario ante los ánimos encendidos.

El empate sabe a gloria en clave aragonesa, más por cómo se dio que por el juego desplegado. El equipo de Rubén Sellés sigue último, pero encadena cuatro jornadas consecutivas sin perder en liga, sumando poco a poco argumentos para creer en una remontada. Próxima cita, sin su portero titular: una nueva prueba de fuego para un equipo que se resiste a rendirse.