Desde hoy 4 de mayo y hasta el próximo 4 de julio, la sala del Torreón Fortea (C/Torre Nueva, 25) abre las puertas a la exposición titulada “Trampantojo. El placer del engaño”, una muestra en la que los engaños, ficciones, ilusiones… serán los protagonistas, desde la perspectiva y el Zoótropo, hasta el fotomontaje y el grafiti urbano.
El arte clásico siempre aspiró a reflejar la realidad. En esa aspiración, los pintores lucharon contra las dos dimensiones del muro, la tabla o el lienzo y los escultores contra la palidez de la piedra o el mármol. Por ello, unos colorearon sus estatuas para asemejarlas a un ser vivo, mientras que la invención de la perspectiva permitió, a los otros, dar profundidad a sus cuadros. El objetivo era engañar al ojo del que mira haciéndole creer que estaba viendo lo que, realmente, era una ficción.
El teatro también utiliza sus peculiares técnicas para engañar a nuestros ojos. En sus escenarios un telón pintado prolongaba, con la perspectiva, un espacio no existente. El barroco, con sus telones superpuestos y recortados, recreaba un bosque o la sala de columnas de un palacio. El atrezzo, hecho con la madera más humilde, se convertía en suntuoso mármol por la destreza de un pintor. Y entonces llegó la luz. La iluminación teatral, que hace desaparecer y aparecer objetos y personajes con la luz negra o que resalta el volumen del cuerpo elástico de un bailarín liberándolo de las sombras.
El trampantojo ha invadido la cocina y la calle. Chefs de todo el mundo presentan en sus platos alimentos que parecen una cosa pero saben a otra muy distinta. Al volver una esquina, un enorme dragón asoma por una fachada o la calzada se ha convertido en una enorme catarata.
Comisariada por Carlos Blanco, la exposición “Trampantojo” ha contado con la colaboración de un gran número de artistas, tanto del ámbito teatreal, de la danza y de la imagen, como son José Luis Cano, Isidro Ferrer, Ignacio Fortún, Jorge Gay… Además, se ha contado con las aportaciones de compañías teatrales como El Temple, Caleidoscopio, El Gato Negro, el Centro de Danza, o el Ballet Nacional Noruego. Igualmente, destacar las cesiones de centros públicos y privados como el Corral de Almagro y Francisco Boisset, y el trabajo de grandes profesionales como Ana Bruned (maquillaje y caracterización).