Emilio Larraz vuelve a su puesto como primer entrenador del Deportivo Aragón, apenas una semana después de asumir el cargo de forma provisional al frente del primer equipo. Lo hizo, como siempre, por responsabilidad, por sentimiento y por compromiso con el escudo, en una situación límite, tras la destitución de Gabi Fernández y en vísperas de un partido complicado que acabaría con un doloroso 0-5 en La Romareda frente a la Cultural Leonesa.
El técnico zaragozano, con más de 1.000 partidos dirigidos en su carrera y cinco temporadas en su tercera etapa en el club, fue el rostro visible de una semana crítica, en la que accedió a ponerse al frente del equipo principal sin tiempo, sin refuerzos y sin margen de maniobra. Su gesto no pasó desapercibido ni dentro ni fuera de la entidad.
En un escueto comunicado, el Real Zaragoza ha agradecido su «trabajo, compromiso y disposición incondicional», destacando que su entrega “es un ejemplo para todos”. Sin embargo, el ambiente en la afición es bien distinto. Las redes sociales han convertido el agradecimiento en un clamor de indignación: no por Larraz, sino por lo que consideran un uso injusto de su figura.
«Un zaragocista más utilizado como escudo y víctima de engaños. Muchas gracias, Emilio», escribía un aficionado en X (antes Twitter). Otro mensaje lo resumía con dureza: “Vergonzoso cómo lo habéis utilizado”. Y no son voces aisladas: el malestar con la directiva tras la goleada ante la Cultural Leonesa no ha hecho más que crecer.
La afición blanquilla percibe que se ha arrojado a Larraz a los leones, exponiéndolo en un momento en el que el club buscaba apagar un incendio sin asumir responsabilidades estructurales. Un técnico de la casa, querido por todos, ha cargado con el peso de un equipo desorientado, sin apenas preparación y con una plantilla bloqueada mentalmente.
El regreso de Larraz al filial, aunque natural por su cargo original, se interpreta como una retirada táctica tras haber puesto la cara por otros. Su rueda de prensa post-partido, llena de entereza, compromiso y honestidad, contrastó con el silencio de los altos cargos del club. Muchos zaragocistas lo han señalado: Larraz dio la cara por todos, mientras otros miraban hacia otro lado.
Hoy Emilio vuelve a su labor con los jóvenes del Deportivo Aragón, donde seguirá formando talento y representando los valores que muchos sienten que se han perdido en la gestión del primer equipo. La afición le agradece el gesto, pero no olvida lo ocurrido por la directiva. Y tampoco perdona.