La FIFA ha dado a conocer su decisión de conceder a España, Portugal y Marruecos la organización del Mundial de Futbol 2030. La ciudad de Zaragoza aspira a ser una de las sedes de este Mundial y para ello es imprescindible contar con una infraestructura adecuada. Los plazos apremian y la actual Romareda no es apta para acoger un evento de este nivel. Es más, tampoco está nada claro que Zaragoza llegue a ser sede de este evento deportivo aun contando con un estadio nuevo. La competencia ya era difícil cuando solamente España y Portugal conformaban la candidatura. La ampliación a Marruecos y que varios partidos se disputarán en otros paises (Paraguay, Argentina y Uruguay) lo hace más difícil.
Por otra parte, la marcha atrás de los propietarios del Real Zaragoza que, en el último momento, decidieron retirarse de la operación diseñada desde el ayuntamiento para la cesión del campo por un periodo de 75 años a cambio de asumir el costo de su reforma complica en gran medida encontrar una solución. Si a esto le sumamos el desencuentro político que arrastra décadas de enfrentamiento y que ya ha «quemado» cuatro proyectos de reforma, nos encontramos con el cóctel perfecto para que Zaragoza se quede fuera del Mundial.
En cualquier caso, aun hay tiempo para que los representantes políticos sean capaces de encontrar una fórmula para poner a Zaragoza en la línea de salida del Mundial. Pensando en el interés general de la ciudad. Sin plegarse a chantajes que favorecen intereses privados y evitando repetir los errores que han impedido hasta hoy que disfrutemos de un campo de futbol acorde con el nivel de la ciudad.