Jair Amador se convirtió en protagonista del triunfo del Real Zaragoza ante el Mirandés al anotar el único tanto del partido y, con ello, firmar la primera victoria en La Romareda en lo que va de 2025. Un gol que, además de liberar tensiones, desató la euforia en un vestuario que llevaba demasiado tiempo sin poder celebrar.
“Muy contentos todos, lo hemos celebrado, pero obviamente con calma, con los pies en el suelo, porque todavía queda trabajo”, afirmó el central tras el encuentro. La celebración fue tan sonora como simbólica, y tuvo un destino curioso: el banquillo. Allí se encontraba Gabi Fernández, con quien Jair había hecho una peculiar apuesta. “Me apostó una cena si marcaba de córner. Así que muy contento por el gol… aunque me ha salido caro”, bromeó entre risas.
Para el defensor, lo vivido este sábado en La Romareda ha sido especial. “Ha sido un espectáculo, ha sido maravilloso ver las gradas llenas y sentir esa energía desde el minuto uno. Esperamos que sigan así, porque nos viene muy bien y se agradece muchísimo”, dijo, visiblemente emocionado por el ambiente que acompañó al equipo.
Sobre su gol y el momento que vive, Jair fue sincero. “Es fútbol. La semana pasada tuve un fallo que me dolió mucho, pero hoy he tenido la suerte de marcar. Hay que seguir, no hay más.” Y añadió: “Esta victoria debe ser un punto de inflexión. Nos hacía falta. Nos libera y nos devuelve confianza.”
Además, valoró positivamente el hecho de haber mantenido la portería a cero: “Dejarla a cero siempre suma, da confianza a la defensa y al portero. Esa es la línea: ganar como sea y mantenernos sólidos atrás.”
A nivel personal, reconoció que está viviendo “una temporada dura”, pero prefiere centrarse en lo que viene: “Ahora tengo la confianza del míster y solo pienso en aprovecharla para ayudar al equipo.”