La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), conmemora mañana el Día Mundial del Agua resaltando su labor de gestión y protección de la cuenca del Ebro. Esta celebración se enmarca en una jornada dedicada a sensibilizar sobre la importancia del agua y en la que la CHE ha querido poner de relieve la magnitud y diversidad de sus actuaciones.
El organismo gestiona los recursos hídricos de una de las principales cuencas hidrográficas del sur de Europa, con presencia en tres países, nueve comunidades autónomas y más de 5.000 localidades. Su trabajo diario repercute directamente en el bienestar de los 3,2 millones de habitantes de la cuenca, distribuidos entre 1.700 municipios de España, Andorra y Francia.
Gestión integral de la cuenca del Ebro
La Confederación Hidrográfica del Ebro es responsable de la vigilancia y control de más de 136.000 kilómetros de ríos pertenecientes al Dominio Público Hidráulico. A través de su labor reguladora, gestiona un volumen total de 7.700 hectómetros cúbicos de agua embalsada, distribuida por una red de 2.700 kilómetros de canales y acequias. Además, otorga y controla alrededor de 40.000 captaciones autorizadas de agua y mantiene la supervisión de 5.000 vertidos controlados.
Cada año, la CHE tramita más de 6.000 expedientes vinculados a intervenciones en los cauces y en la zona de policía de los ríos. También coordina la actividad de las 2.397 comunidades de usuarios de agua, 20 comunidades generales y 4 sindicatos centrales, quienes se encargan de gestionar el uso y distribución del agua en los distintos sectores económicos y sociales de la cuenca.
Uno de los aspectos clave de su actividad es la prevención y gestión de fenómenos naturales adversos como las sequías o las avenidas. Para ello, la Confederación cuenta con el Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH Ebro), una herramienta que recoge y procesa datos en tiempo real. Este sistema recibe 15.000 señales cada 15 minutos sobre la situación de ríos, embalses, canales y otros puntos estratégicos de la red hidrográfica.
Un equipo de 700 profesionales al servicio de la cuenca
La CHE cuenta con un equipo multidisciplinar de 700 profesionales comprometidos con la protección y gestión sostenible del agua en la cuenca del Ebro. Su trabajo se desarrolla bajo las directrices del MITECO y se rige por el marco legal vigente, en coordinación con los planes hidrológicos de cuenca y otros documentos de planificación como el Plan de Gestión de Sequías y el Plan de Gestión de Riesgo de Inundación.
El organismo destaca también la labor de su laboratorio, que realiza más de 200.000 análisis anuales para garantizar la calidad del agua y detectar cualquier riesgo medioambiental. Este laboratorio está acreditado para medir hasta 560 parámetros físico-químicos, contribuyendo así a la protección de los ecosistemas acuáticos y la salud pública.
La planificación hidrológica en la cuenca del Ebro se realiza a través de un proceso participativo y transparente que involucra a todas las administraciones públicas competentes, así como a usuarios y otros actores sociales. Los planes hidrológicos se actualizan cada seis años y son elaborados por la propia Confederación, en colaboración con las comunidades autónomas, los ayuntamientos, las organizaciones empresariales y sindicales, y las entidades científicas y medioambientales.
Las decisiones clave sobre la gestión del agua en la cuenca se adoptan en órganos colegiados como la Junta de Gobierno, el Consejo del Agua de la Demarcación, el Comité de Autoridades Competentes, la Asamblea de Usuarios, las Juntas de Explotación y las Comisiones de Desembalse. En estos espacios, se representan tanto las instituciones públicas como los distintos colectivos sociales y económicos vinculados al territorio.
Con motivo del Día Mundial del Agua, la Confederación Hidrográfica del Ebro ha querido poner en valor su labor diaria al servicio de la cuenca y su compromiso con un modelo de gestión sostenible y participativo, que tiene como objetivo garantizar la disponibilidad y la calidad del agua para las generaciones presentes y futuras.
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