El Departamento de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente acaba de hacer públicas las cifras macroeconómicas del sector agrario aragonés que corresponden a la anualidad cerrada 2019. El análisis del informe pone de manifiesto la pérdida de peso del modelo de agricultura familiar en favor del modelo corporativo y la necesidad de protegerla a través de las políticas públicas. Asimismo, refleja la importante significación del sector porcino en el conjunto del sistema agroalimentario y su peso específico en la provincia de Teruel. La tercera de las conclusiones revela la elevada aportación de la provincia de Huesca a la producción final agraria de la Comunidad Autónoma.
La producción final agraria (valor de las producciones de los agricultores y ganaderos a precio de salida de los productos de sus explotaciones) alcanzó los 4.270 millones de €, siendo esta cifra un 5,1 % superior a la del año precedente 2018. El incremento se debe a la pujanza del sector ganadero intensivo en la Comunidad Autónoma, básicamente el sector porcino. Así, pese a que el valor de las producciones vegetales disminuyó en un 4 %, las ganaderas incrementaron entorno a un 11 %.
A diferencia de España que en su conjunto arroja un valor de la producción agraria de algo más de 50.000 millones de € y el 58 % corresponden a producciones vegetales y el resto a las ganaderas, en Aragón sucede lo contrario. Así la producción final agraria imputable a la ganadería supone el 65 % mientras que el 35 % restante es la parte imputable a la producción vegetal. Por importancia de los diferentes sectores, los más relevantes los encabeza el porcino, que ya supone el 43 % de la producción final agraria, seguido de los cereales con el 13,4 %, los frutales con el 10,4 %, o el bovino de carne con el 8,8 %. En el otro extremo se halla un sector tan emblemático y tradicional para Aragón como el ovino, que apenas alcanza el 2 % de la producción final agraria y que, sin embargo, tiene un papel esencial en el mantenimiento del medio ambiente y de la población en nuestro medio rural.
Con el fin de ofrecer un orden de magnitud en los principales sectores productivos, Aragón produjo en 2019 14,3 millones de cerdos, 339.000 terneros, 864.000 hectáreas de cereales, 139.000 hectáreas de forrajes y 120.000 hectáreas de frutales, incluyendo tanto la fruta dulce como los frutos secos. En concreto, en el ámbito de la fruta dulce, Aragón cuenta con 20.000 hectáreas de frutales de hueso (melocotón, nectarina y paraguayos), 9.000 de cerezo y unas 6.000 hectáreas entre peral y manzano a partes iguales. Otros cultivos destacables son el olivar con 46.500 hectáreas o las 35.000 hectáreas de viñedo.
Por provincias, la producción final agraria mayor se produce en Huesca con el 49 % del total atendiendo a que es la provincia con una mayor implantación del regadío, seguida por Zaragoza con el 36 % y, finalmente, Teruel con el 15 % restante. Teruel la provincia en la que la ganadería tiene un mayor peso, suponiendo el 75 % de la producción final agraria de la provincia, de ahí la apuesta que ha venido efectuando el Departamento juntamente con el sector porcino de dicha provincia, en aras a la diferenciación de producciones de calidad a través la Denominación de Origen Jamón de Teruel y, más recientemente, a través de la implantación en curso de la IGP Cerdo de Teruel.
Como se ha indicado, el sector porcino es el más importante en Aragón con un 43 % de la producción final agraria, lo que ha llevado al Gobierno de Aragón a asegurar su crecimiento sostenible, a través de diferentes herramientas en las que se ha trabajado con el propio sector, como la reciente aprobación del Decreto 53/2019 que regula la gestión de estiércoles.
Si a la producción final agraria descrita se descuentan los gastos de producción y amortización de inversiones, se obtienen la denominada Renta Agraria. Renta que representa el flujo económico que retribuye el trabajo, así como el capital y la tierra, que no necesariamente se concentra en los agricultores y ganaderos. De hecho, como consecuencia de la expansión del modelo corporativo y la regresión del modelo familiar, se constata que solo les es imputable una pequeña fracción. En este caso, la Renta Agraria como tal concepto macroestadístico supuso en Aragón 1.913 millones de € en 2019.
Sin embargo, únicamente el 27% de la producción final agraria procedente de la ganadería puede atribuirse al modelo de agricultura familiar, dada la cada vez más creciente implantación del sistema de agricultura corporativa basado en integración vertical, en el que el ganadero integrado recibe una retribución por las instalaciones aportadas y por el servicio de cría o engorde prestado a la empresa integradora.
Aunque en menor medida, algo similar sucede en determinados cultivos sujetos a contratos (alfalfa, guisante…) en los que el agricultor no percibe el valor comercial de la cosecha sino aquellos montantes que se acuerden en función de los servicios que éste presta a la empresa contratante. En este caso esta modalidad de producción podría afectar al 9 % de la producción final de los cultivos.
Del mismo modo, y en términos de renta, el modelo de agricultura familiar también muestra síntomas de pérdida de peso en el sector. De acuerdo a los análisis efectuados por el Departamento, la renta agraria media de las personas físicas beneficiarias de la PAC supondría en su conjunto en torno al 20 % de la renta agraria de Aragón en términos macroeconómicos.
Para el consejero Joaquín Olona “el modelo de agricultura corporativa es por sí mismo capaz de ser competitivo en los mercados globales y de incorporar conocimiento innovación y tecnología para asegurar la sostenibilidad de sus producciones de acuerdo con las cada vez mayores exigencias de los consumidores.” Sin embargo, considera que “el modelo de agricultura familiar requiere de un apoyo público suficiente como para que pueda alcanzar dichos estándares y así mantener su vigencia, puesto que tradicionalmente es el que ha vertebrado el territorio y constituido la base económica y de empleo para el asentamiento de la población en nuestro medio rural”.
Por ello, Olona urge a la adopción de medidas de protección e impulso para la referida agricultura familiar y ha adelantado que “en breve llevará a Consejo de Gobierno el anteproyecto de Ley de Protección y Modernización de la Agricultura Familiar y del Patrimonio Agrario de Aragón”. Con este mismo objetivo, “el Departamento está siendo muy ambicioso en la negociación de la reforma de la PAC” que en estos momentos se está abordando y cuya aplicación se prevé a partir de 2023.