No hace tanto de aquellas tardes en las cuales el Real Zaragoza se codeaba con la Real Sociedad batallando en la parte alta de Primera División, incluso mirando a los donostiarra desde el retrovisor. Ellos ocupan la octava plaza en la clasificación histórica de la liga y nosotros, la novena. Tan cerca y tan lejos al mismo tiempo. El sábado, en un partido que los más veteranos nunca hubieran imaginado, tocará recibir a su filial. Otro síntoma de decadencia.
Comandado por Xabi Alonso -cómo pasan los años-, el «Sanse» se presenta en La Romareda compartiendo con el Real Zaragoza el hecho de haber sumado menos puntos de los merecidos en este arranque liguero. No hace falta recordarlo después de 9 años en Segunda, pero por si acaso, aviso a navegantes: no va a ser ni mucho menos un camino de rosas.
Lo que si apunta a ser es un partido atractivo de ver. La propuesta de la Real Sociedad B no difiere en exceso de la del equipo de JIM: presión alta, salida de balón desde atrás esquivando el juego directo, predilección por ser protagonista con balón… Los pupilos de Alonso no van a renunciar a lo que les ha llevado hasta el fútbol profesional, más teniendo en cuenta el lujoso escaparate que sigue siendo -a pesar de todo- el Estadio Municipal de La Romareda.
En lo individual, los blanquillos deberán contener las constantes subidas de Cristo Romero, el desequlibrio de Naïs Djouahra, la calidad algo intermitente del «maño» Roberto López o el poderío en el área de Jon Karrikaburu, que se está destapando como una de las revelaciones de la temporada y oposita para ser el 9 de la Real más pronto que tarde. A nivel defensivo, tan solo el Éibar supo desajustar con claridad el entramado txuri-urdin.
Los filiales tampoco han sido este siglo un plato apetecible para el Real Zaragoza: el bagaje es de 7 victorias, 2 empates y 7 derrotas en 16 encuentros contra las canteras de Barcelona, Real Madrid, Sevilla y Athletic Club. Especialmente llamativas son las derrotas contra el Barça B de Dongou o Macky Bagnack en la 13/14 (1-0 y 0-2) y el último precedente en casa ante un filial: el tropiezo ante el Sevilla Atlético, que ya descendido, cortó una racha triunfal de 7 victorias seguidas en la temporada de Natxo González, Borja Iglesias y compañía.
El Real Zaragoza tiene argumentos para poder irse a la cama este fin de semana con 8 puntos en el casillero. Tan cierto es eso como que el sábado no se enfrentará en la Romareda a un equipo acomplejado y débil, sino al hambre y las ganas de lucir de un lobo con piel de cordero.