En el último programa deportivo “Que me estás contando” de Antena Aragón, presentado por Cuco Barrachina, el principal tema de debate fue la sorprendente dimisión de Víctor Fernández como entrenador del Real Zaragoza. Acompañado por los invitados Fernando Clos y Alberto de la Peña zaragocista de Pinseque, el espacio se convirtió en un intenso intercambio de opiniones sobre el momento y las causas que han llevado a Víctor a abandonar el banquillo.
La conversación arrancó señalando que el partido que precedió la dimisión no había sido, en realidad, el peor del equipo, ya que el Real Zaragoza había firmado una buena primera mitad antes de derrumbarse en la segunda. Sin embargo, los contertulios coincidieron en que la decisión del técnico no responde a un único encuentro, sino a un cúmulo de situaciones y presiones que se han ido enquistando a lo largo de las últimas semanas. La impresión general es que la renuncia de Víctor, lejos de ser un arrebato puntual, obedece a un desgaste prolongado y a una serie de desencuentros con la propiedad, los jugadores y la dirección deportiva.
Fernando Clos subrayó la sensación de que el fútbol actual se ha modernizado hasta el punto de dejar atrás el estilo más “clásico” representado por entrenadores como Víctor. Mientras algunos técnicos apuestan por el Big Data, la táctica avanzada y el análisis pormenorizado, otros, como el ya exentrenador zaragocista, parecen haber quedado rezagados en un modelo más tradicional. Esta obsolescencia técnica, sumada a la falta de apoyo institucional y a ciertas incoherencias internas, han mermado la figura de Víctor.
Por su parte, Alberto de la Peña Zaragocista de Pinseque, apuntó que Víctor Fernández fue utilizado como un “escudo” por la propiedad y que la relación se deterioró con el tiempo. Ambos invitados dieron a entender que las promesas iniciales de ascenso inmediato se han tornado, con el paso de los meses, en un discurso de medio-largo plazo que evidencia un plan difuso y poco transparente del actual proyecto del club. Además, se mencionó que algunos jugadores, pese a su juventud, no muestran el rendimiento físico ni el compromiso necesario, lo que contribuye a la mala dinámica deportiva.
La discusión también derivó hacia cuestiones de vestuario, con dudas sobre la existencia de pesos pesados capaces de “hacerle la cama” a un técnico. A juicio de los tertulianos, en el actual Real Zaragoza resulta complicado identificar líderes claros sobre el césped. El colofón a esta idea vino con la reflexión de que el entorno, lejos de ser únicamente responsabilidad del entrenador, implica a la propiedad, a la dirección deportiva y a una política de fichajes y gestión que no ha dado los frutos esperados.
En el tramo final, Barrachina y sus invitados lamentaron la desconexión entre el club y la afición, así como el desdibujado papel de algunos directivos. Se recordaron tiempos pasados más gloriosos, triunfos históricos y momentos de gran zaragocismo, contrastándolos con la incertidumbre actual. La necesidad de volver a las raíces, de recuperar la sintonía con la grada y de construir un proyecto serio y sostenible quedó en el aire como anhelo compartido.
“Que me estás contando” concluyó con el deseo de que David Navarro, previsiblemente a cargo del equipo en el próximo partido, tenga éxito y logre un impulso positivo. A fin de cuentas, todos coincidieron en que por encima de intereses individuales debe estar el escudo del Real Zaragoza, que hoy vive una de sus etapas más agitadas y confusas, sin un rumbo claro en el horizonte inmediato.