La SD Huesca acaba el año con derrota ante el Celta de Vigo (2-1)

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Vigo fue escenario para el último envite. Un último baile para un año 2020 al que es complicado encontrar calificativos, pero que, sin duda, se ha revelado especialmente cruel en su desenlace para una SD Huesca que volvió a quedarse sin fiesta frente al RC Celta. La efectividad de la delantera gallega pudo más que la insistencia azulgrana, que solo encontró premio en el tramo final y acabó firmando un 2-1 bajo la fría lluvia de Balaídos.

La despedida del año no cambió la mentalidad de los azulgranas, basada en buscar el triunfo a través de su mejor versión, sin renunciar a la identidad sobre la que se ha construido la competitividad del equipo. Con un once inicial que tenía a Jorge Pulido en centro de la defensa como única novedad por el sancionado Pablo Insua, la apuesta de Míchel en Vigo era clara ya desde la previa: hacerse con el dominio del balón para decantar el campo hacia la portería del Celta y alejar así Iago Aspas de los dominios de Álvaro Fernández, donde el delantero celeste puede ser letal.

Una efectividad que lamentablemente acabó comprobando la SD Huesca. Por primera vez cuando se acababa de cumplir la media hora de juego, y el ariete gallego asistió a Nolito en el área pequeña, condenando a los de Míchel a remar en contra. Un guion que se presentaba familiar, ya que hasta ese momento la SD Huesca había conseguido hacerse con la posesión y buscaba el triunfo con más claridad, en las botas de Ontiveros y Ferreiro, que no llegaron a encontrar el peligro pretendido.

No pudo rehacerse el Huesca del gol en contra antes del paso por vestuarios, y confío la remontada a la reanudación. Movió fichas Míchel y cambió de esquema con la salida de Rafa Mir, pero la acción-reacción no fue la esperada, y el gol se cantó en la portería contraria. Iago Aspas se fabricó un segundo tanto que obligaba al Huesca a tatuarse a fuego su lema y no reblar para no irse de vacío de su paso por Balaídos.

Apretaron los dientes y pudieron encontrar el acercamiento en un disparo que Seoane -que había saltado al campo por Mikel Rico-, se encontró con el poste. También el remate de Rafa Mir se fue alto, comenzando los mejores minutos sobre la portería de Rubén Blanco. Seoane tuvo más acierto ya en el tramo final, estrenandose como goleador con la camiseta azulgrana, cuando el partido encaraba su desenlace. Pero al Celta le servía el resultado y consiguió aguantar las llegadas de la SD Huesca, reduciendo al mínimo los minutos de juego hasta un amargo pitido final para los de Míchel.