Las obras de la Torre de Santa Engracia, en el barrio rural de Movera, están cerca de terminar. El Ayuntamiento de Zaragoza está restaurando este edificio histórico y su jardín para que vuelvan a ser un espacio útil y en buenas condiciones para los vecinos. La alcaldesa Natalia Chueca ha visitado los trabajos este lunes, 7 de abril, y ha destacado que esta intervención demuestra el compromiso del consistorio con los barrios rurales de la ciudad.
La rehabilitación de la torre ha supuesto una inversión de casi 1,6 millones de euros. Gran parte de esta cantidad, más de 1,1 millones, procede de fondos europeos del programa Next Generation, a través del Plan de Recuperación y del programa PIREP, que impulsa la renovación de edificios públicos. La empresa encargada de realizar las obras es PCB Construcciones, que ha llevado a cabo tareas de mejora del suelo, pintura, carpintería y muchas otras reformas técnicas.
El edificio fue comprado por el Ayuntamiento en 1970 y desde entonces ha estado cerrado o con un uso muy limitado. Con esta actuación se quiere recuperar un espacio con valor histórico y arquitectónico, que durante siglos perteneció a distintos propietarios, entre ellos el Monasterio Jerónimo de Santa Engracia. La torre, de tres plantas y con un torreón, es un ejemplo típico de la arquitectura aragonesa rural. Además, está rodeada por un gran jardín de 7.000 metros cuadrados, que también está siendo restaurado.
La alcaldesa ha recordado que este tipo de proyectos no solo cuidan el patrimonio, sino que mejoran la vida diaria de los vecinos. Ha puesto como ejemplo otras actuaciones similares, como la Celda del Prior en La Cartuja Baja, que también se está transformando gracias a fondos europeos.
Según explicaron los responsables municipales, la intervención en la Torre de Santa Engracia incluye mejoras de eficiencia energética, aislamiento, accesibilidad y seguridad. También se han tenido en cuenta aspectos relacionados con la sostenibilidad y la digitalización, lo que permitirá que el edificio tenga un uso moderno y adaptado a las necesidades actuales.
Está previsto que las obras acaben en pocas semanas. A partir de entonces, la torre y su jardín podrán volver a ser parte activa del barrio, con actividades o servicios que se definirán próximamente. Con este proyecto, el Ayuntamiento continúa su apuesta por la recuperación de espacios históricos que estaban en desuso o deteriorados, dándoles una nueva vida útil para toda la ciudad.