El Real Zaragoza regresa este domingo a La Romareda en un partido especial por el homenaje a Cristian Álvarez, pero también con la urgencia de sumar tres puntos ante el Burgos, un rival directo en la lucha por la permanencia. En rueda de prensa, el capitán Lluís López reconoció la importancia del encuentro y la necesidad de que el equipo convierta su estadio en un bastión.
“Sabemos que La Romareda tiene que ser nuestro fortín. En esta categoría, los equipos se hacen fuertes en casa y a nosotros nos está costando. Hay que cambiar esa situación y sumar muchas más victorias aquí”, afirmó López. Los números son preocupantes: el Zaragoza ha ganado solo tres partidos como local en toda la temporada, una cifra insuficiente para un equipo que aspira a pelear por el ascenso.
El defensa catalán también destacó la importancia de la afición en estos momentos complicados. “Siempre están con nosotros. Lo vimos ante el Cádiz y seguro que ahora, con el homenaje a Cristian, nos empujarán todavía más”, señaló.
Más allá del aspecto emocional, el equipo necesita dar un paso adelante en lo futbolístico. Con el nuevo entrenador, Miguel Ángel Ramírez, el equipo ha mostrado una mejoría en el juego, pero los resultados siguen sin llegar. “Nos han transmitido una idea clara y el equipo la está asimilando bien. Ahora necesitamos traducirlo en puntos”, indicó López.
El Zaragoza cuenta con nueve partidos como local y solo siete fuera en lo que queda de temporada, por lo que su rendimiento en casa será clave para definir su futuro en la competición. El partido ante el Burgos es una oportunidad inmejorable para empezar a cambiar la dinámica y convertir La Romareda en un verdadero fortín.