Las exigencias medioambientales de la PAC, superadas «con creces», según destaca la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos tras analizar un informe de Ministerio de Agricultura sobre los efectos del ‘greening’.
Los agricultores y ganaderos españoles están redoblando sus esfuerzos para adoptar prácticas agrarias beneficiosas para el medio ambiente. Es lo que se desprende del último informe del Ministerio de Agricultura sobre la aplicación del denominado greening, y que ha sido analizado por la organización agraria UPA.
Los agricultores han incrementado considerablemente una de las medidas más beneficiosas que exige la PAC, la diversificación de cultivos. Si en 2014 el 39% de las explotaciones solo contaba con dos cultivos, en el año 2019 ese porcentaje ha quedado reducido al 15%. En el lado contrario, en 2019 hasta un 36% de las explotaciones cuenta con cinco o más cultivos, cifra que en 2014 solo era del 20%.
Otra de las prácticas beneficiosas que han crecido en el periodo que analiza el informe, de 2014 a 2019, han sido los llamados pastos permanentes. El objetivo inicial fijado por la Comisión Europea “no solo se ha conseguido, sino que se ha visto mejorado por la labor de los ganaderos españoles”, señalan desde UPA. La proporción de pastos permanentes con respecto a la superficie agraria total ha pasado del 26,23% al 28,18%, incrementándose en casi un millón de hectáreas.
Por último, en cuanto al establecimiento de superficies de interés ecológico (SIE), el informe demuestra un mantenimiento de la superficie incorporada, predominando aquellas de barbecho, seguidas por las superficies fijadoras de nitrógeno, a pesar de que en 2018 se prohibió la utilización de fitosanitarios en las superficies que el agricultor utilizaba para cumplir con el requisito del 5% de SIE.