A falta de unos días para el cierre del mercado invernal, el Real Zaragoza todavía tiene asuntos por resolver en cuanto a incorporaciones y salidas. Entre lo más comentado está la posible marcha de Alberto Marí, que podría regresar al Valencia para ser cedido al Málaga. Si esto se concreta, estaríamos ante uno de los favores más grandes que un club nos haya hecho en la historia del fútbol.
Porque lo normal en estas situaciones es que el club cedente te diga: «Devuélvelo, pero te toca pagar la ficha completa». Sin embargo, si el Valencia se hace cargo de reubicarlo sin exigir compensaciones, le permitiría al Zaragoza ganar margen económico y de fichas para reforzar el equipo con otro delantero, algo que, aunque no es estrictamente necesario, daría más opciones al equipo.
Pero la realidad es que, más allá del posible adiós de Marí, el Real Zaragoza sigue necesitando refuerzos. Hasta ahora solo ha llegado Kervin Arriaga, que ha dejado buenas sensaciones, pero no es suficiente para garantizar una mejora significativa. Se habla de nombres para distintas posiciones, aunque ninguno de los jugadores mencionados parece ser un refuerzo determinante para un ascenso.
Si hay una zona del campo que urge reforzar, esa es la defensa. Un central de garantías (o incluso dos) sería el fichaje más prioritario para mejorar la solidez defensiva del equipo. En ataque, si Soberón se recupera bien y con el regreso de Bazdar, además de la presencia de Azón, la competencia parece cubierta. El debate está en si se necesita un extremo, lo que dependerá del esquema que quiera mantener Ramírez.
Con el cierre del mercado el lunes 3 de febrero, la incertidumbre persiste. El equipo necesita refuerzos de nivel, no solo complementos, para aspirar a algo más que una simple permanencia. Quedan pocos días y, como siempre, todo apunta a que el Zaragoza esperará hasta el último momento para cerrar operaciones clave.