Podemos Aragón ha participado en el Consejo del Agua de la Cuenca, celebrado hoy en Zaragoza, donde se ha debatido el Proyecto del Plan Hidrológico del Ebro 2021-2027, y en el que la formación morada ha votado en contra de su aprobación. Consideran que en el documento “falta valentía para proyectar infraestructuras útiles y alternativas para hacer frente al futuro hidrológico que pronostica la ciencia”, en palabras de la secretaria de Transición Energética y Cambio Climático de la formación, Marta de Santo.
Tal y como siempre ha defendido Podemos Aragón, “hacen falta inversiones pensando en 2050, y no en 1960, para afrontar los retos del cambio climático”, y para ello la regulación hidrológica es “imprescindible”. En este sentido, De Santos critica que el plan presentado por la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), y que pretende plantear ante el Ministerio de Transición Hidrológica para su inclusión en el Plan Hidrológico Nacional, “no lo haga, careciendo de altura de miras”.
“Aragón necesita un plan con más prácticas democráticas -señala De Santos-, que ponga encima de la mesa un pacto social urgente, que dé voz a la gente, prime el diálogo y permita a Aragón gestionar el agua con criterio del S.XXI, basados en la ciencia y en la sostenibilidad”.
También reclaman una “apuesta real” por la calidad del agua porque en Aragón “tenemos un serio problema de contaminación de acuíferos por nitratos, con embalses que no se pueden usar por ello”. Según De Santos, “es un grave error que el documento se limite a diagnosticar el problema, ya que debería poner encima de la mesa medidas serias, tanto preventivas como curativas”.
Por último, desde la formación morada celebran que en el documento desaparezcan proyectos que “a día de hoy inviables”, como Biscarrués o la presa del Bergantes, los cuales formaban parte de un Pacto del Agua “totalmente obsoleto”. Sin embargo, lamentan que “se mantengan otros que también tienen sentencias en contra, como el de Mularroya, o Yesa, que lleva a sus espaldas un sobrecoste del 75% y sigue habiendo severas dudas sobre su seguridad y efectividad”, apunta de Santos. En este sentido, critican que “algunos sigan engañando a la gente con promesas de obras ilegales e irregulares porque no podemos volver a un Pacto del Agua de 1992 como si no hubiésemos aprendido nada desde entonces”.